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Una historia para leerla con pausa, con frases que erizan y llegan profundas. Una historia común de una familia común pero que como a muchos dejó marcados, mermados, rotos. Los acontecimientos históricos los conocemos, hemos leído mucho sobre la segunda guerra pero poco hemos profundizado en el día a día de los que la padecen, de los que la sufren. No se refiere a la vida de quienes la organizan, ni de quienen las crean o se benefician de ellas, nos narra la vida del ciudadano, del inocente, del niño, la niña, la esposa, el padre, el vecino. Lo que más me gustó es el final, donde la escritora se abre nos muestra, nos cuenta, nos explica. Es una historia de más de una familia que sufre la guerra pero no es historia más que olvidar, es una que se queda, te hace consciente, te hace sufrir y querer cambiar las cosas para que esto nunca más pase, en ningún territorio, en ningún país, en ninguna familia.
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