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A esta historia de ciencia ficción ciberpunk le falta mucho para ser redonda. Para empezar, la premisa es confusa y el entorno creado poco verosímil, una sociedad tan ultraviolenta que veo raro y difícil que nadie sea capaz de sobrevivir siquiera a la adolescencia. Pero bueno, partamos de que es un producto palomitero y dejémonos caer en el sofá. A partir del segundo número (este tomo contiene cinco) parece que se empieza a entonar y tanto el hilo argumental como el estilo narrativo cambian, como si el guionista le hubiese tomado el pulso a la historia. Poco a poco mejora y capta la atención del lector, a pesar del empeño de Norma por una edición en la que no ha acertado con la tipografía, minúscula y a veces difícil de leer. Pero como decía, poco a poco va mejorando y al final, oye, que te quedas con ganas de meterle mano al libro dos, algo por lo que nunca hubiese apostado tras leer las primeras páginas. Así que bien. Veamos qué nos depara esa conclusión. |
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