Una comedia siciliana

Este conjunto de relatos me ha enamorado. Son fiel reflejo de la idiosincrasia siciliana, y me atrevería a decir que mediterránea. Me ha llamado la atención que teniendo grandes diferencias (españoles e italianos) también tenemos muchos puntos en común. El autor con una prosa culta pero cercana, nos va describiendo, a veces con el uso de metáforas, una realidad siciliana que a veces puede parecer cómica, esperpéntica, heróica, inocente, miserable o corrupta, según el relato en el que estemos inmersos. Porque eso es lo que consigue hacer el autor, sumergirte no ya en las páginas, si no también en la vida siciliana, y en sus variopintos personajes, algunos ficticios y otros reales. Con sus historias y sus costumbres. Relatos con distintos escenarios históricos (la invasión napoleónica, la dictadura, la segunda guerra mundial, el desembarco aliado en sus costas) y tramas dispares, que acaban resumiéndose para mí en una afirmación que me fascinó: "Italia es grande como para dar miedo al mundo, pero había un montón de gente a la que siempre le faltaban noventa y nueve céntimos para tener una lira".

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