El mar color de vino

Muy buenos relatos cortos. Se trata de un compendio de publicaciones previas y dispersas. El compendio tiene circularidad formal, de estilo, condición que el autor comenta en una nota de cierre del libro. Aparecen los temas recurrentes de Sciascia, que funcionan como tautologías de la injusticia, como variantes de un mismo núcleo tan fatal como inaceptable: el catolicismo, el comunismo, el crimen, la mafia, los paisajes mediterráneos y, uniéndolo todo, la condición siciliana. Ser siciliano era para Sciascia una manera de percibir el mundo. Estos relatos están saturados de melancolía y lirismo. En mi opinión, hay dos relatos que se destacan. Uno es el que da título al libro, El Mar del Color del Vino, y el otro es Giufà, el único relato que fue reescrito casi en su totalidad. Creo que sobresalen estos dos relatos porque llevan al extremo la tensión entre lo cómico y lo trágico. El mar del color del vino es una frase dicha por Nenè Miccichè para describir las tonalidades bermejas del mar en un paisaje siciliano. Nenè es un chico maleducado que viaja con su familia en tren de Roma a Sicilia. van sus padres, su hermano -otro chico maleducado-, una niñera y un pasajero circunstancial -el ingeniero Bianchi- del que se hacen amigos. Nenè es un poeta del mal, un precoz talento irreverente que dice cosas como: “el jefe de policía es un cornudo”, “me importa un carajo” y “quiero más mortadela”. El relato se articula desde la visión del ingeniero Bianchi, una especie de hombre maduro de la época, alguien que conoce el mundo, su luces y sus sombras. Las formas estéticas que logra Sciascia en este relato son magníficas, sobre todo en la construcción del personaje de Nenè. Algo similar ocurre con el relato Giufà, que trata sobre la equivalencia que a veces se conjetura entre la malicia y la estupidez. Pienso que este relato es una refutación estética de la impostura de los sistemas legales que reparten castigos y disculpas de acuerdo a la supuesta conciencia del acusado. Creo que se trata de un maravilloso relato abierto. Sciascia se permite sugerir lecturas, pero es cada lector quien tiene que hacer su propia lectura, que sabemos de antemano insostenible.