El Valle Feliz

Me gusta mucho Annemarie Schwarzenbach como ya comenté en otra de la reseñas hechas sobre sus libros, que leí con absoluta devoción e interés.

En El valle feliz , la escritora nos da a conocer su mundo más íntimo, es un escrito autobiográfico e interior donde nos muestra con una gran e implacable sinceridad, su gran soledad, su angustia existencial que siempre la acompañó, así como la búsqueda de su identidad junto a todos sus dramas personales más íntimos.

Es un texto recreado años después de sus viajes, y por lo tanto, son recuerdos de los momentos que vivió en el valle persa del río Lahr, situado a bastante altura sobre el nivel del mar Caspio y a unos 40 Kilómetros de Teherán. Desde allí, la escritora nos da la oportunidad de conocer su intimidad.

El valle feliz es una especie de huida y también un encuentro, es la eterna búsqueda de su identidad.

Un período doloroso y de profundo desgarro en un tono confesional de sus angustias y tormentos psíquicos y también físicos.

Comenta su soledad en el desierto, que es precisamente, el escenario simbólico de la más absoluta soledad.

Nos comparte la tristeza que supone la búsqueda incansable de su identidad, de la esclavitud de “la magia negra” como ella llama a la droga, a la morfina, de la que no puede liberarse.

También de su amor perdido y trágico por Yalé, hija del embajador turco, de la que se enamoró platónicamente, estaba enferma y murió al poco tiempo, y de todo ello, se refugia, abrazando la nostalgia y cuyo único consuelo es la belleza.

Nos presenta una segunda voz con episodios febriles y delirantes y vierte lágrimas en el desierto, mientras pasa auténtica sed.

Le queda su propia prosa poética para seguir luchando contra su aliento.

Es un libro de viajes, muy diferente, en el que plasma un relato intimista y sincero y en el que hacia el final del libro se interpela a sí misma, cuando no sabe cómo ponerle fin, porque el libro sucede en el tiempo de la memoria.

Es una sucesión permanente de sensaciones y de emociones. Un libro que nos da la oportunidad de conocer el mundo interior de la autora así como conocer que el valle del Lahr, coincide con su realidad interna y su forma de entender el mundo.
Pues es allí donde descubre el abandono, el silencio absoluto y el vacío en estado puro.

Y, solitaria, alienada y sin aliento , solo encuentra el ánimo y las fuerzas que le ayudan a sobrevivir en la escritura. Y he aquí su legado que extrae de su experiencia y su memoria.

Es muy curioso, que leyendo “El valle feliz” en el avión, que me dirigía hacia Chipre, encuentro que Annemarie también pasó por Chipre en sus viajes hacia Oriente. Increíble el azar.

Un maravilloso librito en una edición muy cuidada y preciosa que sin lugar a dudas, merece la pena conocer.

Belleza posee la edición y belleza posee su contenido.