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Crítica de Antoched


Antoched
12 April 2021
La introducción de la autora me conquistó y me emocionó, es genial leer a Victoria contándonos cómo nació Addie en su mente y cómo le viene rondando desde hace 10 años. Por lo que en una hoja logró entusiasmarme y querer conocer a esta muchacha olvidada. Ahora, la novela tiene una extensión considerable y lo entiendo porque combina en cierta forma los 300 años de vida de Addie con su historia en el presente. Acá tengo mis peros, el ritmo de la novela se me antojó un poco errático, los capítulos del pasado me aburrían muchas veces o me parecían bastante repetitivos. Incluso cuando servían para mostrarnos los diferentes matices de la maldición de Addie llegaba un punto en el que lo que nos contaba no resultaba muy relevante o se volvía demasiado reiterativo. Podría haberse ahorrado muchos capítulos o bien contarnos momentos más interesantes sobre la vida inmortal y olvidada de esta muchacha. Los capítulos en el presente me atraparon mucho más y sentí que Addie descubría y tenía experiencias mucho más importantes que en el resto de sus 300 años de vida.

Pero quién es Addie LaRue? La historia de Addie empieza a finales de julio del 1714 en un pueblito francés cuando se niega a casarse y se escapa de su casa. al llegar al bosque le reza a todos los dioses antiguos habidos y por haber, les ofrece todo lo que tiene para que la salven de ese matrimonio que le impusieron. Pero los dioses no le responden y llega la noche sin que ella se de cuenta y alguien acude a su llamado. Addie aprendió sobre los dioses antiguos de la mano de Estelle, la anciana excéntrica que vive junto al bosque, quien siempre le advirtió que no debía rezarle jamás a los dioses que responden al caer la noche. Pero en su momento de desesperación Addie haría lo que sea por seguir siendo libre, por poder vivir la vida a su manera sin ataduras ni restricciones. Y eso es lo que le pide a la oscuridad que responde a su llamado, ofrece su alma a cambio de una vida larga y libre. Pero ya lo dice el dicho, cuidado con lo que deseas! La oscuridad le concede lo que ella le pide, pero a la vez la maldice condenándola a una vida imperceptible, donde la gente se olvida de ella, donde no puede dejar una huella de su existencia, donde existe, pero nadie conoce ni su nombre.
Así iremos acompañando a Addie a lo largo de los años, siendo testigos de lo triste de su existencia, sintiendo su impotencia ante las consecuencias de su maldición, pero admirando su arrebato, sus ansías por seguir viviendo, por descubrir cosas nuevas y su obstinación por ganarle a la oscuridad y dejar pequeñas huellas de su existencia plasmadas por artistas a lo largo de la historia. La mayoría de los capítulos del pasado caen en el aniversario de su trato con la oscuridad, donde este curioso dios la visita para burlarse de ella, para disuadirla de seguir intentando en vano, para incitarla a que se rinda de una vez. La relación de Addie con la oscuridad es sumamente curiosa y tiene una evolución genial. Ella empieza odiándole por la forma en que la engañó y tergiversó su deseo, pero a la vez anhela sus aniversarios porque él es el único que se acuerda de ella, el único que la llama por su nombre y porque disfruta del baile de voluntades que juegan entre los dos.
Y luego tenemos los capítulos en el presente, con Addie en Nueva York siguiendo sus días llenos de posibilidades, volviendo a los lugares conocidos y buscando llenar sus horas con nuevas historias, aún intentando dejar marcas por medio de las manos de otros en el mundo. Hasta que se topa con un muchacho en una librería que se acuerda de ella y su vida deja de ser invisible mientras está con él. El muchacho en cuestión es Henry y conocemos su historia de a poco, preguntándonos en todo momento qué secreto nos oculta y por qué él se acuerda de Addie. La historia de Henry tiene sus buenas dosis de tristeza de una manera diferente a la de Addie, es un joven perdido que no sabe qué quiere de su vida, que siente demasiado y eso casi acaba con él. Y se termina aferrando a Addie por sus propias razones así como ella se aferra a él para sentirse recordada. La relación de ambos es intensa y se vuelven sumamente íntimos porque tienen más cosas en común de lo que parece.

Básicamente esas son las historias centrales de la novela, pero la autora incluyó un amplio abanico de temas de lo más interesantes salpicados en la historia de Addie como estrellas en el cielo. El arte ocupa un lugar central en la historia porque es a lo que se aferra Addie para demostrar a su manera que existe, que estuvo ahí. Y esto se representa al inicio de cada parte con una obra de arte relacionada con Addie y su historia. Cada una de esas piezas que Addie inspiró representan en cierta forma su inmortalidad, la forma en que ciertas cosas atestiguan lo efímero de la vida. También se habla sobre religión, sobre espiritualidad, sobre la naturaleza de las deidades a las que rezamos, pedimos cosas y dónde residen las mismas. Y aunque la única deidad que conocemos es la oscuridad, resulta ser el personaje más complejo, interesante y multifacético de la historia. Me gustó mucho cómo la autora nos lo describe, cómo resulta ser una criatura tan susceptible y caprichosa, es sumamente astuto y se regodea en ello. Aunque se nos sugiere que se trata del diablo nunca lo dicen exactamente y Addie lo bautiza como Luc porque la apariencia que adopta con ella es igual a la del desconocido con el que ella siempre fantaseaba.
Y ya lo dije, pero disfruté mucho de la relación tirante entre ellos dos. La forma en que se enfrentan, la forma en que se entienden y lo que significan el uno para el otro me pareció genial. No es la relación más honesta y sana, pero sí que me pareció mucho más interesante que la que vive con Henry (: La Addie del presente nos anticipa cada tanto que las cosas con Luc terminaron mal, y no lo descubriremos hasta cerca del final. Y aunque no me sorprendió del todo lo que ocurrió, disfruté un montón de esos capítulos.

Por último, creo que la historia de Addie termina tratando sobre cómo decidimos vivir nuestra vida. La gente tiene miedo a morir, a no ser amada y, sobre todo, a ser olvidada. Pero a pesar de las cartas que nos toquen en suerte tenemos la posibilidad de elegir cómo vivir nuestra vida, a vivirla como si cada día fuera el último, aprovechar cada minuto, probar nuevas cosas todos los días, amar sin condiciones a quien se nos antoje y a dejar la huella que deseemos. Depende de nosotros cómo queremos ser recordados.
Si Addie pudo hacerlo a pesar de su maldición, si supo bailar junto a la oscuridad y lograr ser recordada, cualquiera puede hacerlo también.
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