La bruja de Near

Un cuento para dormir



La historia, como todos los cuentos, comienza una noche cualquiera en la que Lexi, nuestra protagonista, está contando a su hermana Wren un cuento para dormir. El relato es La bruja de Near y pronto su hermana se queda dormida. En ese momento, el viento del páramo llama a la ventana de las muchachas entonando una canción y cuando Lexi se acerca ve una silueta en el páramo, un ser que clava sus ojos negros en los de Lexi y desaparece, en ese momento su hermana se levanta dormida y va a la cama de su madre.



A la mañana siguiente, se da el aviso, el pueblo se tiene que reunir porque hay un extraño en la aldea. Mientras los ancianos se reúnen para ver qué hacer, Lexi lo tiene claro, las hermanas Thorne seguro que saben dónde está el extranjero. de vuelta a casa y a una noche más, el viento vuelve a llamar a la ventana de Lexi y Wren. Esa noche desaparece el primer niño de Near.

Así comienza nuestra historia. La verdad es que me gustó desde el primer momento, porque me sentí transportada al páramo y a las particularidades del mundo que establecía la autora. Cuando comienzas a leer se nos describe la casa de Lexi y Wren (uno de los escenarios principales), como una casa en el límite de un pueblo que tiene forma concéntrica, más allá de esta casa encontramos el páramo, una vasta extensión que limita con colinas y bosques. Algo así como el imperio del viento, de la naturaleza salvaje. Lo más curioso es que la autora pronto nos da la clave del cuento: justo en la otra punta del pueblo, pero con la misma disposición, se encuentra la casa de las hermanas Thorne, unas mujeres de las que se dice que son brujas y las encargadas de cuidar del páramo y de Near. La relación entre las dos parejas es muy sencilla, el padre de Lexi, cuando estaba con vida, intercedió por ellas para que el pueblo las aceptara y enseñó a su hija mayor a interpretar las señales del páramo.



Así tenemos las claves del cuento tradicional: una muchacha enterada, un extraño, un fenómeno que perturba la paz del lugar, un lugar con un carácter especial y unos personajes que se mueven entre el mundo de la fantasía y el real.



Pero quizá, lo más interesante de la historia sean las dos historias que se desarrollan en ella: la historia del muchacho de ceniza (el extraño) y la historia de la bruja de Near. Ambas, sin tener nada que ver, se unen en el pueblo de Near a través de los personajes de Lexi y aquello que busca, el muchacho de ojos negros. Y así nos explica la autora la moraleja que todo cuento tiene: no se debe prejuzgar ni pensar que los peligros ya están vencidos.



Toda esta ambientación y este árbol de tramas los entrelaza con unos elementos muy especiales, que pueden sernos más o menos conocidos. Con unos toques que recuerdan a Ghibli, además encontramos ciertos elementos que nos pueden recordar a la película El bosque M. Night Shyamalan. de este modo, el páramo cobra vida, como un personaje al que hay que tener en cuenta, que tiene sus deseos y que actúan en consecuencia. En contra partida, encontramos el pueblo de Near, o mejor, su sociedad que entiende que todo lo que es extraño es malo y hay que hacerlo desaparecer. Pero tanto el páramo como Near tiene más colores en su escala.



El tipo y el ritmo



Así es como se desarrolla la historia a grandes rasgos, Victoria Schwab ha conseguido crear un cuento a la antigua usanza en un momento literario donde creemos que ya hemos leído todo. Quizá esta sea la problemática que algunas de las compañeras vio en la novela.

El ritmo de la trama sigue el compás del viento y aunque esta frase puede parecer muy poética, creo que es la que mejor define lo que sucede en el cuento. Como os podéis imaginar, después de la desaparición del primer niño, Lexi se lanza a la aventura de buscar pistas y saber qué ha sucedido. En esos momentos la trama es rápida y muy fluida, las acciones se siguen una tras otra y con ellas los momentos de tensión. Sin embargo, cuando se nos presenta la parte de averiguación, el planteamiento de quién puede ser el que (o lo que) se lleve a los niños, cuando se intenta averiguar qué es lo que esconden las hermanas Thorne o el extraño, o incluso los propios habitantes del pueblo; la historia se ralentiza.



Además, como hemos mencionado más arriba, para que la historia continúe se entrelazan dos historias más y en esos momentos nos tenemos que sentar y escuchar.



Por otro lado, no vamos a encontrar personajes que nos atrapen. Como pasa en todos los cuentos, son personajes típicos, o tipos: la muchacha que toma el lugar del padre, el tío que toma el lugar de su hermano, el desconocido que perturba el pueblo, las ancianas-brujas… Sin embargo, esto no es malo, es simple y llanamente lo que se nos relata en los cuentos. Pero, si necesitamos sacar algo nuevo siempre tendremos a la bruja de Near.



Bajo mi punto de vista, una de las cosas que diferencia a nuestra autora del relato de los cuentos tradicionales es que el temor es solo un concepto. La bruja de Near se nos presenta como una bruja que no se sabe si existió o no, pero que es importante porque incluso determina la jerarquía del pueblo de Near: los ancianos son los descendientes de los que la mataron. A partir de aquí, el lector puede creer que existe o que simplemente es una fabulación para explicar los fenómenos del páramo. Y con ello jugará todo el rato la novela.



No es un cuento solo para niños



Y aunque al principio de la novela sea Lexi quien le cuenta el cuento a su hermana pequeña, la novela puede ser disfrutada por todos. La recomiendo porque es una invitación a sentarte y disfrutar. Estamos acostumbrados a historias de fantasía trepidantes donde los personajes no dejan de vivir aventuras y acontecimientos extraordinarios. Pero es que los cuentos no son así, los cuentos exigen que preguntemos «¿y qué pasó después?» para que continúen porque si no, se detienen. Si te dejas llevar y lo preguntas La bruja de Near te contará su historia.
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