El Vacío nº 2/2

Comienza el curso
Mackenzie comienza en su nuevo colegio, uno pijo, lleno de normas y con gente que no conoce. O casi. A esta ansiedad por empezar en un mundo completamente nuevo, casi como si fuera el último paso para abandonar definitivamente su antigua vida, se añade el hecho de que Owen ha desaparecido, sí, pero ¿hasta qué punto? Rota, desubicada y casi sola, Mackenzie se enfrentará esta vez a todo y a todos.
La verdad es que después del final de El Archivo empezar una novela escolar me impactó un poco, ni para bien ni para mal, simplemente no me lo esperaba. Porque sí, tenemos una novela escolar donde se nos contará cómo es el ambiente y la gente con la que convive Mackenzie en el mundo real fuera de los Estrechos y el Archivo.
Esto, que en principio podría parecer un punto negativo, se nos vuelve algo a valorar, ya que la novela se centrará en las consecuencias que tiene ese trabajo de Guardián de Historias. En el caso de Mackenzie, recordemos que después de la desaparición de Owen y la problemática con Wes, lo que le queda es seguir trabajando y adaptarse a esa vida normal donde sus padres aún adolecen la pérdida de su hermano. de este modo, en la novela veremos cómo Mac se enfrenta a esta realidad de manera patente y lo difícil que se convertirá el socializar teniendo tanto que ocultar, y a la larga siendo tan peligroso para el que se relaciona con ella.
El ritmo de la fiesta
Entre relaciones de amistad, ciertos amoríos y clases, encontraremos una trama que irá aumentando de intensidad hasta el punto culmen del cual el lector no estará seguro de que ocurra en ningún momento. La normalidad se ve interrumpida por las consecuencias de lo sucedido en el primer libro, ofreciendo picos tensionales en la trama, que mantienen al lector en constante alerta y cuestionamiento de la realidad que vive Mac.
En este aspecto, es cierto que encontramos menos trama en los Estrechos, pero nos situamos más en las profundidades de El Archivo, sus dobleces, sus rincones ocultos y su cuestionamiento. Esto me ha gustado mucho, porque en la novela se establece un paralelismo entre la explicación teórica del fenómeno de rebeldía y las acciones de Owen y, por ello, podemos ver cómo Mac se va planteando los diferentes aspectos del secreto que guardan Wes y ella.
Además, añadimos a la trama adolescente y de fantasía una investigación policía que estará incomodándonos al igual que a Mac. Con ella, las hipótesis sobre lo que está sucediendo se disparan: no solo tendremos que descifrar qué le sucede a Mackenzie, sino que, además, tendremos que buscar un culpable.
De guardianes y letras
Los que frecuentáis el blog ya sabéis que me encanta esta autora y que, aunque hay obras que para mí sí que flojean, es cierto que es un valor seguro. En este caso, una vez más, la autora nos deleita con una prosa sencilla, directa y fluida, donde podemos entender perfectamente escenas y sentimientos sin que haya un exceso de descripción, donde los personajes actúan con coherencia a su caracterización y donde la trama se resuelve con todo lo necesario, pero sin florituras sobrantes.
En cuanto a los personajes, una vez más Owen nos vuelve a enamorar por su lealtad y sentido común, Mac nos desespera por su individualismo y extraño sentido del deber, y Owen… Su figura creo que es la más maltratada en los recuerdos de Mac y aquí paro de leer para no hacer spoiler. Los miembros de El Archivo seguirán en su sitio, como en la primera novela, y la madre de Mac nos tocará el corazón.
El completo vacío
La novela me ha gustado bastante. Es cierto que al leerla en lectura conjunta la he disfrutado un poquito menos porque siempre nos quedábamos el giro potente donde lo único que querías hacer es seguir, pero, aún así la he disfrutado mucho. Como pasaba con el primer volumen, el desconcierto del lector ante lo que está pasando está muy bien controlado en la prosa, dejando espacio para que fabules, pero no dejando que en ningún momento te pierdas.
La ambientación más escolar, que a priori podía no emocionarnos, al final ha tenido mucho sentido (a pesar de que usa los clichés de ese género), y ha permitido ver a una Mac y a un Wes más acordes con su edad. A esto le añadimos, buen manejo de la tensión narrativa, unos personajes con los que puedes empatizar y un estilo fenomenal que te invita a seguir leyendo.
Puede que no sea objetiva, pero al menos tengo «un algo» en el que basarme para recomendaros la novela, así que ya sabéis: El Archivo y El Vacío dos novelas que se leen solas. Espero que os animéis con ella.

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