Concilio de sombras

Lila lo tenía claro, quería su propio barco, sin embargo, cuando conoce el Aguja nocturna ya no sirve cualquier barco. Tiene que ser ese. Así es como termina siendo la ladrona del barco bajo el mando del capitán Emery. Por su parte Kell, no puede dejar de sentirse atrapado, no puede dejar de pensar en Lila, y ahora encima se le vienen los Juegos Elementales y todos los notables del mundo de la magia acudirán a Londres Rojo. Proteger a Rhy, añorar a Lila, pero ¿qué queda para Kell?

De este modo comienza esta segunda parte, tan solo cuatro meses después de la primera. Lila ha conseguido embarcarse en el Aguja Nocturna y ha navegado los mares de este nuevo Londres, por su parte, Kell ha permanecido encerrado en el Londres Rojo, marchitándose, pero protegiendo a su hermano Rhy. Con este panorama, la historia se centrará en contarnos no tanto lo que sucede, que también veremos los Juegos Elementales, sino qué ha sucedido con las relaciones entre los personajes de la primera parte y cómo han evolucionado.

En este sentido, a nivel de trilogía parece que este segundo tomo decae un poco, pero realmente, y ya habiendo terminado el libro, creo que lo que pasa es que hay un llano narrativo (por otra parte, lo frecuente en las segundas partes) para poder configurar el mundo otra vez. Es decir, no es que nos ambiente, es que tiene que recordarnos cómo están las piezas en el tablero de ajedrez y enseñarnos otras que no estábamos viendo.

Y comienza la partida

En este nuevo tablero nos encontraremos la narración centrada mucho en el Londres de Kell. El resto del mundo ha quedado en pausa y, así, hacemos zoom y descubrimos unos personajes muy muy cambiados.

En este caso, dentro de lo que es la familia real, se le da más protagonismo a Rhy y por tanto podremos abordar mejor el personaje, se entienden mejor sus preocupaciones, su manera de ser y sobre todo sus afectos por quienes le rodean. Por el contrario, en esta parte encontramos a un Kell mucho más hermético, que solo deja traslucir el agobio por la prisión a la que y se ha autosometido y la preocupación por su hermano, no como algo que el también sufra, sino como algo que le preocupa sentimentalmente.

De este modo, como imaginaréis, la protagonista indiscutible de la historia es Lila, no solo en su faceta de pirata sino también su más genuina forma de ser. No ahondaré mucho en qué descubrimos de este personaje tan ambiguo, fascinante, multiforme y asustado, pero sí que puedo decir que Delilah Bard explotará en sus ambiciones y gracias a ello descubriremos un mundo muy interesante. Gracias a ella, a sus movimientos, descubriremos nuevos personajes que enriquecerán la trama y no serán un mero accesorio, como sucede con Alucard Emery.

El poder y la responsabilidad

Sin embargo, aunque hay una ampliación en todo, lo que no se mantiene son los temas de la primera novela. Bueno, mejor, estos han evolucionado de maneras, para mí, interesantes. Mientras que en la primera parte se nos hablaba del poder y la responsabilidad (y de ahí el gran pecado de Kell en esta segunda parte), en este caso se nos habla de la ambición, desde una perspectiva positiva, y la libertad, como algo muy ambiguo, ya que esta supone no atarse a nadie, ni si quiera la familia.

Este ha sido uno de los aspectos que más me ha gustado de esta parte, ya que en la primera parecía que había personajes que tenían la razón absoluta y, en esta, es todo lo contrario. En nuestro caso la razón, la clave para solucionar situaciones, no la va a tener nadie. Esto sucede no solo por la problemática de la unión de Kell y Rhy, sino porque recordemos que existe el gris y en esta novela se ve clarísimamente.

Asimismo, el tema de la magia, la gran tragedia del mundo de la novela, también será tratado, en este caso como algo a recuperar o renovar, a pesar de que Kell siga viendo en ella algo que controlar.

A por el siguiente

Si soy sincera, cuando entré en la lectura de esta segunda parte, entré un poco con pies de plomo. Schwab es una autora que me gusta mucho, pero reconozco que de todo lo que he leído Sombras de magia es lo más flojillo, y eso que tiene unos personajes de aúpa, como por ejemplo Bard, pero es verdad que a veces tiene problemas de ritmo y que los personajes son muy sota caballo rey. Sin embargo, he ido leyendo y poco a poco me ha ido convenciendo la propuesta.

Primero, porque cumple. La novela en su acción principal trata de los Juegos Elementales y, debido a otras cosas, podría parecer que al final no se nos iba a hablar de ellos, pero se desarrollan. Segundo, porque, aunque tiene que dejar drama para la tercera parte, no descuida las tramas abiertas en esta segunda y no hace un final que casi sea primer capítulo de la tercera parte. Tercero, porque sí, nos da lo que queremos, y hasta aquí puedo leer.

Os recomiendo mucho que, si habíais empezado la trilogía, sigáis con ella porque merece la pena. Si no, podéis poneros con una lectura sencillita que nos da mucha magia y con mucho salseo, tanto de personajes como de buenos y malos. Espero que os animéis con ella.
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