Me ha gustado, pero no tanto como el primero. Lila se ha convertido en la protagonista indiscutible y Alucard es fantástico, pero me dan ganas de matar a Kell y a Rhy. Además, la autora lleva fatal los ritmos en esta novela; el final es demasiado precipitado. Espero que el cierre de la trilogía me deje con un buen sabor de boca.
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