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Crítica de Celeste_Lightwood


Celeste_Lightwood
15 January 2021
Keralie es considerada la mejor ladrona del barrio naútico de Concord. Decidió abandonar a sus padres y la vida marítima que estos llevaban para buscarse la vida en un oficio que le reportara muchos más beneficios. Así conoció a Mackiel, el administrador del mercado negro del distrito, que la acogió bajo su techo y la convirtió en su mejor secuaz. Keralie es ingeniosa, habilidosa, resoluta y es capaz de obtener el éxito en cualquier encargo que le manden. Todo esto cambiará cuando uno de los encargos de Mackiel sea un tanto especial y es que le ordena robarle unos chips a un mensajero. Estos chips son una tecnología avanzada que permite a la gente guardar en ellos sus recuerdos. Si otra persona se los traga es capaz de vivir esos recuerdos como si fueran suyos propios. Aunque al principio parece un trabajo fácil, el robo se termina torciendo y Keralie se traga los chips para proteger la información que contienen. En ese instante empezará su pesadilla: en los recuerdos, alguien ha matado a las cuatro reinas que gobiernan el país de Quadara.

En esta novela tenemos dos narraciones. Por un lado, la historia es contada por Keralie. Nos habla de su vida antes de ser ladrona y a partir de su unión a la banda de Mackiel, por lo que conocemos su pasado, las decisiones que la llevaron a convertirse en ladrona y cómo ha sido su entrenamiento y su experiencia en este sentido. Cuando el encargo de los chips se tuerza, Keralie descubrirá la verdadera naturaleza de Mackiel y ello le llevará a traicionarlo y aliarse con el mensajero al que le robó los chips, Varin. Huirá junto a él y ambos intentarán averiguar qué ha sucedido con las reinas, cuyo asesinato de momento no ha transcendido a la población, quién las ha matado y por qué. Por supuesto, Keralie no lo hace de manera altruista, al contrario que Varin, sino que pretende obtener algo a cambio, algo muy difícil de conseguir y que, al mismo tiempo, es un bien muy preciado.

En la otra cara de la narración tenemos a las reinas. Estos capítulos, a su vez, se dividen en cuatro, pues cada reina actúa como narradora. Desde su punto de vista conocemos más acerca del universo que ha creado la autora. Tras una terrible guerra en el pasado, se decidió que lo mejor para la nación era dividir el país en cuadrantes, cada uno gobernado por una reina: Ludia, el cuadrante de las artes; Eonia, el de la tecnología; Archia, el de las materias primas y Toria, el comercio. Una de las reglas es que cada cuadrante debe dedicarse a una cosa específica y eso no se puede cambiar ni mezclar para que la sociedad mantenga la pureza. Por ejemplo, los adelantos tecnológicos de Eonia no se pueden emplear para mejorar las condiciones agrícolas de Archia, pues eso rompería el equilibrio y llevaría Quadara al caos como ocurrió con anterioridad. Asimismo, las reinas no solo tienen que gobernar con mano dura, sino que también tienen que ser estrictas con ellas mismas. No pueden enamorarse, ya que el amor en particular y los sentimientos en general pueden afectar al buen gobierno, sino que deben seleccionar a un hombre con el que tener descendencia para asegurar el trono (y tiene que ser una niña), y luego tanto el hombre como su hija deben salir del palacio, el hombre para no volverle a ver y la hija para criarse en su propio cuadrante y aprender sobre sus gentes para ser una buena reina.

Toda esta armonía y paz es solo superficial, pues cada una de las reinas guarda secretos que podrían hacer tambalear los principios sobre los que se asienta Quadara y su gobierno. Dichos secretos saldrán a la luz cuando se cometan los asesinatos y se empiece a investigar cómo alguien ha sido capaz de colarse en el inexpugnable palacio y por qué querrían hacerle daño a las reinas.

Esta novela empezó con muy buen pie. La premisa era original e interesante y me gustaba que la protagonista fuera diferente. Normalmente, las protagonistas de juvenil suelen tener cierta ética y sentido del deber o de lo que está bien o mal; sin embargo, Keralie es todo lo contrario, es una ladrona y le gusta serlo. le gusta robar y el poder y el placer que ello le reporta y no se arrepiente en absoluto de su decisión, así como tampoco se cuestiona la moralidad de sus actos. le gusta y punto. Además, no solo es fuerte, sino que también es resoluta, ingeniosa y muy inteligente. La construcción del mundo fantástico también me gustaba mucho, tanto el hecho de que fuera un país dividido en cuatro secciones y cada una de ellas tuviera su propia personalidad, como el que solo las mujeres tuvieran capacidad para gobernar y llevar el país, por lo que los hombres en este concepto de realeza solo servían para engendrar hijos y ya está. Esta vuelta de tuerca a la monarquía tradicional es muy interesante y ver a cuatro reinas rebosantes de poder y respetadas por los suyos era gratificante.

A pesar de todo esto, he de decir que la novela no me convenció en absoluto. Por un lado, fui incapaz de conectar con los personajes. No sabría explicar por qué, pero sentía que había un muro constante entre ellos y yo, que no conseguía adentrarme en su mente ni congeniar con ellos. Los personajes me gustaban, entendía sus motivaciones, sus preocupaciones y por qué hacía lo que hacían, pero, al mismo tiempo, me resultaban indiferentes y no me transmitían nada. Otro problema que tuve es que me faltó que la autora me enseñara el mundo que había construido. Solo conocemos la vida de los diferentes cuadrantes a través de las reinas y de lo poco que sabe Keralie, por lo que realmente la visión que tenemos de este worldbuilding es bastante lejana y abstracta. La acción principal transcurre en Toria y luego en el palacio donde viven las cuatro reinas, por lo que las otras zonas del reino están como en el limbo. Me parece un desperdicio que la autora haya creado un mundo fantástico tan complejo y original y luego apenas nos muestre nada de él. Hubiera sido infinitamente más interesante que Keralie hubiera tenido que viajar por los diferentes cuadrantes y hubiera experimentado en su propia piel cómo se vivía en ellos para posteriormente contárselo al lector.

Esta novela habría sido infinitamente mejor si fuera una bilogía o una trilogía. Siento que la Scholte ha intentado transmitir demasiada información en muy poco espacio y eso hace que al lector no le de tiempo a digerir bien lo que está sucediendo o que no pueda apreciar la complejidad social y gubernamental que alberga ese libro. Todo ocurre demasiado deprisa y precipitado y me falta ahondar más en Quadara, su historia y sus gentes. El final es un claro ejemplo de que todo se desarrolla muy rápido pues parece resuelto usando el recurso de deux ex machina. Es como que de repente aparecen un montón de detalles que ayudan a resolver el puzzle del asesinato y hay un montón de datos que se sacan de la nada y de los que tú como lector no tenías ni idea porque la autora no ha sabido darte pistas durante la narración. Fue un final para nada creíble y un tanto forzado que hizo que, definitivamente, este libro no terminara de convencerme.


La muerte de las cuatro reinas es un libro muy interesante, pero al que le falta recorrido. Si la historia hubiera sido contada con más lentitud y profundidad o hubiera estado dividida en varios libros, habría estado mejor contada. Sin embargo, la sensación general es que todo sucede demasiado de prisa, que nunca llegas a conocer del todo a los personajes y que la autora ha creado un mundo fantástico sensacional que no ha sabido aprovechar.

Enlace: https://notodoesfantasia.blo..
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