La vieja guardia nº 01/06

Lo primero que sorprende del libro es que parece cercano, humano. Es decir, estás leyendo sobre ciencia ficción, pero consigue que parezca totalmente real, como si fuera una novela de misterio o de cualquier otro género. No está lleno de términos extraños y farragosos que cueste entender (y eso lo digo yo, que soy muy muy muy de letras… xD). La narración fluye fácilmente y además amigable.

John Perry, nuestro protagonista, se alista en las FDC (Fuerzas de Defensa Coloniales) a la edad de 75 años. ¿Cómo? Pues veréis, estamos en un futuro terrestre en el que el espacio ha sido colonizado hace tiempo, pero no es un lugar seguro. Siempre hay amenazas, siempre hay situaciones peligrosas que requieren la intervención de ejércitos. Lo curioso es que estos ejércitos están formados por ancianos… Ellos se alistan con el deseo de que “arreglen” de alguna manera sus cuerpos para que puedan ser útiles, pero no saben muy bien lo que les espera allí, todo es muy secreto. Y una vez que se van, no van a poder regresar nunca más.

Así tenemos ya servida una buena porción de intriga por saber qué ocurre una vez que dejan la tierra o cómo van a “poner a punto” cuerpos de 75 años… No os preocupéis porque el ritmo de la narración es tan rápido que la intriga se va resolviendo poco a poco y va transformándose en verdadero interés por las aventuras de estos abueletes del espacio.

Nuestro protagonista entabla amistad con otros reclutas en su misma situación, en concreto con otros seis personajes junto a los cuales crea el Club de los Vejestorios. Nace así una amistad profunda para ayudarse a afrontar todos los cambios que están teniendo lugar en sus vidas, que son muchooooos. Y también crean algunas situaciones de lo más divertidas.

Porque esta es una cualidad fantástica que tiene este autor, tan pronto es capaz de hacerte soltar una carcajada como una lagrimilla…

El libro toca un montón de temas, no solo la amistad, o la exploración espacial, o los avances médicos, sino también las relaciones entre especies, la melancolía de lo que has dejado atrás, la perplejidad de volver a sentirse joven de nuevo…

Y como el libro es muy cortito mejor lo dejo aquí porque os aseguro que es un libro para disfrutar y para descubrir. Desde luego yo tengo toda la intención de seguir leyendo a Scalzi, por imaginativo, divertido e inteligente, a quien se le nota que sabe lo que hace y la clase de historia que quiere contar.
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