Ética de urgencia

aunque la sociedad se transforme, para mejorar o empeorar, hasta volverse irreconocible, mientras seamos humanos no podremos dejar de preguntarnos cómo debemos relacionarnos con los otros, porque somos humanos gracias a que otros humanos nos dan humanidad y nosotros se la devolvemos a ellos.

El ser humano es libre para decidir, pero no puede hacer lo que quiera, nuestra libertad no viene acompañada de la facultad de conseguir que todo lo que deseamos se cumpla.

Los dos aspectos de la vida que más peligro tienen de convertirse en fines por si mismos y volverse contra nosotros están vinculados al deseo humano: dinero y sexo.

Las emociones, la convivencia, los sentimientos, las preferencias políticas…todo esto es variable y discutible, hay muchos enfoques.

Lo que alimenta hoy la violencia es la aceptación social de que uno puede hacer lo que le venga en gana si le ampara la razón.