Firmin

Firmin es una rata que nació y vive en los sótanos de una librería, en Boston. Como era incapaz de luchar contra sus hermanos por la leche de su madre, empezó a devorar libros. Con el tiempo aprende a leer y va leyendo más y comiendo menos, se vuelve una rata culta; los libros son su ventana al mundo. Cuando su familia se va, busca la amistad de Norman, el dueño de la librería pero cuando esté la descubre casi la mata con un veneno y Firmin decide irse. Es “adoptada” por Jerry, un escritor de poco éxito, que vive en el mismo edificio y que malvive con la venta ambulante de sus obras. Entre tanto, el ayuntamiento decide renovar y sanear la plaza Scollay, dónde viven Firmin y otros personajes, y eso hace que vea y se angustie porque a su vida le llegue un final, cómo los libros.
Este es un libro que homenajea a los libros,con continuas referencias a autores y obras clásicas. Se lee fácil y sin esfuerzo, la historia se va desarrollando lentamente, sin grandes sorpresas. Un libro para leer lentamente, disfrutándolo.

En esta novela conocemos a Firmin, una rata nacida en una librería de segunda mano en el Boston de los años sesenta. Firmin nos cuenta cómo comenzó su amor por la literatura y los libros, primero masticando sus páginas para luego empezar a comprender que ponía en cada una de ellas, y finalmente acabar leyendo un libro tras otro. Su vida discurre de forma paralela a la vida de la librería en la que vió la luz y el librero que la regenta es para él un referente y un amigo en la distancia.

Firmin también adora del cine y acude a ver películas antiguas a una sala cercana a la librería, donde además de abastecerse de comida, disfruta de una película tras otra. Allí puede admirar a sus beldades y fantasear con su amor por Ginger Rogers.


Después de un desafortunado incidente, Firmin se traslada a vivir con Jerry Magoon, un inquilino de uno de los pisos que hay encima de la librería, escritor y "hombre libre", que vive la vida a su manera y sin ningún tipo de ataduras ni obligaciones. Pero la fatalidad se sume sobre la vida de nuestro protagonista y el ocaso del barrio donde ha transcurriso su vida pondrá punto y final a esta maravillosa historia.


Una novela plagada de referencias literarias. Un libro que habla sobre libros y el amor por ellos. Un personaje que habita en el cuerpo de una rata pero cuya mente está a la altura de cualquier erudito. Un animal que se cree hombre y al que horroriza y deprime su apariencia física y su imposibilidad de poder comunicarse de igual a igual con el ser humano. Una visión del mundo limitada pero a la vez muy profunda, que consigue que te enamores de este tierno personaje con el que no puedes evitar compararte. En definitiva, un ser que nace, vive y muere reodeado de libros y literatura.


¡Cómo te envidio Firmin!


Para los amantes de los libros que hablan sobre libros y literatura es una lectura imprescindible.
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Es ante todo un homenaje a la lectura y los libros, desde un punto de vista muy original, ya que Firmin, el protagonista, es una rata.
Una rata que adquiere inteligencia, sentido del humor...humanidad a fin de cuentas, a base de devorar libros. Literalmente al principio.
Firmin nos narra la historia de su vida desde su nacimiento. Asistimos de este modo a los cambios que se van generando en él a medida que avanza la historia.
Es un libro con el que se aprende mucho por las referencias a escritores, libros, películas y actores. Yo me he apuntado unos cuantos.

Lo único que no me ha gustado, por ponerle una pega, es que a veces el ritmo de la historia es muy lento ya que Firmin empieza a divagar, pero en general es un libro fácil de leer y que hace reflexionar.

Con esta lectura he disfrutado muchísimo, nunca imaginé que pudiera empatizar tanto con ¡una rata! Es sencillamente una obra de arte. La vida vista desde los ojos de una rata, pero no una rata común, una rata inteligente, que lee cualquier cosa que cae en sus manos e intenta formar parte de la vida de "sus" humanos. Sin duda una lectura que repetiría.

Se le coge cariño a Firmin, una rata burguesa y a la que le gusta una buena lectura. La recomiendo a todos los que quieran disfrutar de una novela original, bien escrita y que tras su forma sencilla esconde un trasfondo que da que pensar. Es verdad que hay que ser fuerte para leerlo, porque te llega a embriagar con un aroma de melancolía y pesimismo. Pobre Firmin.