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Libra mi alma de la espada, del poder del perro mi vida. Para mi primero fue la película de Jean Campion; magnífica. Después llegó el libro de Thomas Savage; sublime. "El poder del perro" es un western distinto a los demás. Es la primera novela de vaqueros en la que el elemento de la homosexualidad aparece latente. Thomas Savage publicó la novela en 1967 y la ambientó en los años veinte. En ella hay cierta base real. La novela fue la confesión de Savage de su propia homosexualidad reprimida, pues parece ser que tuvo varias relaciones estrechas y duraderas con hombres, a pesar de casarse con la novelista Elizabeth Fitzgerald. La novela atrapa de principio a fin. No pierde fuerza, se crece según avanza su lectura. Sin ocurrir aparentemente nada mantiene al lector en tensión. Sus personajes son de estudio psicológico; Phil con su sexualidad reprimida que adopta la forma de homofobia, Rose con su depresión, retraimiento y alcoholismo, George con su actitud medrosa y pusilánime, y Peter con una gran crueldad y dureza escondida bajo una aparente sensibilidad. El párrafos inicial es sencillamente genial; "Phil siempre se encargaba de la castración..." Por no hablar del final, sobrecogedor, pone los pelos de punta; "En esos libros negros, una tarde de agosto, había averiguado que el ántrax —o pata negra, como lo llamaban en esa región— era una infección animal transmisible a los hombres, que ingresa en el torrente sanguíneo humano a través de cortes o rasguños en la piel, cuando un hombre manipula el cuero de un animal muerto; como cuando, quizás, un hombre con las manos lastimadas usa cuero infectado para trenzar una cuerda." Lean y vean "El poder del perro", no se arrepentirán. |
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