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Relectura de esta novela gráfica que hace años se convirtió en una de mis grandes favoritas de la vida. Pollo con ciruelas es una pequeña gran historia, de escasas cien páginas, llena de tristeza, drama y amor, pero sobre todo con una ternura incomparable. Dibujada en blanco y negro por Marjane Satrapi, dibujante iraní, más conocida por su obra Persépolis, narra la historia de un famoso violinista en el Teherán de los años 50, para quien la vida ha perdido sentido y decide dejarse morir. La obra, nos va desmadejando el ovillo de causas que llevan a esta decisión, con continuos flashbacks y flashforwards que nos sitúan a lo largo de hilo temporal de su vida pasada y futura. Dentro de mi ignorancia de dibujantes y técnicas de novela gráfica, lo que sí puedo hablar es de la historia; es bella y tierna, dotada de una gran sensibilidad, consigue que cada hoja que pases cale más hondo en ti. Cargada de crítica social, alusiones políticas y siempre con un toque biográfico de la autora, apareciendo incluso ella en el dibujo, se lee del tirón en un par de horas y te traslada al Irán de 1958 en un maravilloso viaje gráfico. Altamente recomendable también la película francesa de 2011 de mismo título, que la propia autora dirigió, en ella, Marjane Satrapi, sabe transportar a la pantalla y al movimiento, toda la belleza de la historia; los actores son espléndidos y el cine francés sorprendiéndome como siempre, con esa habilidad para mezclar comedia y drama con un toque mágico, esa habilidad que hace que cada historia sencilla se transforme en un pequeño cuento de hadas. |
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