Hacía años que no leía a Saramago. Es un autor, en mi opinión, difícil de leer. Su narrativa sin puntos y aparte, sin diálogos convencionales hacen que la lectura de sus novelas sea algo denso y agotador. Y a eso le sumamos su gran poder descriptivo de emociones y situaciones. Todo esto se traduce en historias angustiosas, intensas y emocionantes que no son aptas para ser digeridas por cualquier lector o incluso en cualquier momento; aunque te haya gustado Saramago en una novela no quiere decir que vayas a ser capaz de acabar otra de sus historias. Doy fe. Y bueno, este libro es realmente una gran historia. Brutal, descarnada, fuerte, escatológica, tierna, emotiva, aterradora y aleccionadora. Muchas preguntas, muchas respuestas, muchas dudas, muchas certezas... Y mucho miedo. Sentimientos que me ha generado el libro. ¿Recomendaría este libro? Sí, sin duda alguna. Es una obra maestra. Desgarradora y casi premonitoria. Pero no os voy a engañar, aunque me devorado el libro en un solo día, la experiencia de leerlo ha sido devastadora. Leer y tener el estómago revuelto en muchos momentos era todo uno |