No somos inmortales, no podemos escapar a la muerte, pero al menos deberíamos no ser ciegos.
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No somos inmortales, no podemos escapar a la muerte, pero al menos deberíamos no ser ciegos.
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Siempre llega un momento en que no hay mas remedio que arriesgarse.
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A fin de cuentas, no es tan grande la diferencia entre ayudar a un ciego para robarle luego y cuidar a un viejo caduco y baboso con el ojo puesto en la herencia
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Una persona empieza por ceder en las pequeñas cosas y acaba por perder todo el sentido de la vida.
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Si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego las imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdón, hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla.
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Porque los libros del mundo, todos juntos, son como dicen que es el universo, infinitos.
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Bien cierto es que lo difícil no es vivir con las personas, lo difícil es comprenderlas, dijo el médico.
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Un escritor acaba por tener en la vida la paciencia que necesitó para escribir.
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Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos.
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Si alguna vez vuelvo a tener ojos , miraré verdaderamente a los ojos de los demás, como si estuviera viéndoles el alma.
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"