La tierra de los abetos puntiagudos

A la pequeña comunidad pesquera de Dunnet Landing, Maine, llega una escritora buscando la paz que necesita para trabajar en su libro. Alquila una habitación en casa de la señora Todd, una especie de curandera local. La relación entre la escritora y la señora Todd se irá afianzando poco a poco y así, será introducida en la vida social de la zona, conociendo a muchas personas y muchas historias que la harán enamorarse del lugar para siempre.

Ha merecido la pena leer el libro pero lo cierto es que no me ha entusiasmado o al menos no ha cumplido las altas expectativas que llevaba antes de comenzar con su lectura. ¿Me ha gustado? Sí, pero no es uno de esos libros que permanecerá en mi memoria largo tiempo.
Narrado en primera persona con una prosa cuidada resulta un viaje sereno y envolvente en el que los detalles descriptivos son el punto fuerte de la novela, el paisaje es parte esencial de la novela y además, el nexo que une las historias de los diferentes personajes de este micromundo. En realidad me ha parecido un pequeño compendio de relatos donde la protagonista se irá enterando de la vida de diferentes personas que forman esta pequeña comunidad en la que hay la sensación de que esa forma de vivir se dirige a una desaparición inexorable.
La soledad, la vejez y la muerte están como temas de fondo, también la amistad y el recorrido que se hace para afianzarla para siempre.
Estamos en un lugar aislado, donde la vida es sencilla y parece que progresa a otro ritmo. Los habitantes del lugar se ayudan y se preocupan unos por otros, toleran las excentricidades y se respetan. El lugar resulta cálido y acogedor y esa soledad patente en muchos de los habitantes del lugar no lleva a la tristeza, es elegida y ha aportado cierta felicidad.
Un capitán de barco que naufragó y descubrió una historia increíble, una mujer que después de un revés amoroso decidió irse a vivir a una de las diminutas islas desiertas de la zona, un viaje en bote de remos para pasar un día encantador en la isla donde viven la madre y el hermano de la señora Todd y así, unas cuantas aventuras unidas por el paisaje y las costumbres. Un conjunto de vivencias que pueden parecer intrascendentes pero son las que hacen amar el lugar a nuestra escritora protagonista y narradora.
Los personajes femeninos, mayoría en la novela, son mujeres fuertes que han tomado el camino vital que deseaban y se han mantenido firmes siempre a pesar de los riesgos.
Tal vez no he logrado implicarme lo suficiente y me ha faltado emoción y por eso comentaba al principio que no es un libro que recordaré.
La obra se publicó en principio por entregas, luego la autora la amplió y revisó y ya salió a la luz en un solo volumen en 1896.

CONCLUSIÓN
"La tierra de los abetos puntiagudos" de Sarah Orne Jewett es una historia costumbrista sencilla, narrada de manera bonita pero que a mí no ha logrado entusiasmarme. Es considerada un clásico de la narrativa norteamericana del siglo XIX, alabado por grandes autores como Henry James y Willa Cather. Hay una especie de segunda parte titulada "Historias de Dunnet Landing".

Hay un tipo de libros que suelen pertenecer al genero de la ficción, pero que tienen en común historias optimistas a pesar de las diversas vicisitudes de los personajes, personajes además que son amables, gente cálida, buena, que vive en parajes tocados por la mano de la naturaleza, paisajes hermosos, usualmente mezcla del mar y el bosque.
Cuando me encuentro con estos libros, no dudo en leerlos pronto, no es que sean realmente interesantes, pero cuando los terminas de leer, terminas con la sensación de estar apapachada y calientita, te dejan el alma curada y ganas de vivir; de hecho, hay una frase de Galeano que se presta a este tipo de libros, “en un mundo de ruido y plástico, quiero ser de barro y silencio”. Es precisamente la parte de barro y silencio la que se presta para estos libros, en La tierra de los abetos puntiagudos, las historias periféricas y la principal, no tienen nada realmente especial, pero es precisamente en la sencillez, el respeto por los silencios y la armonía de los personajes con su entorno, lo que calma el alma y relaja.
No puedo decir que la escritura sea realmente excelente, tampoco puedo aseverar que a todos les vaya a gustar, pero para mí, son valiosos, porque son pocos y los encuentro muy de vez en cuando.

En ‘La tierra de los abetos puntiagudos' se narran las vivencias de una escritora que se instala en una pequeña localidad costera de Maine para pasar el verano. Allí se alojará en casa de Almira Todd, una entrañable señora experta en plantas y remedios caseros que será el nexo de unión entre nuestra protagonista y el resto de habitantes del pueblo.

Esta es una novela pausada y nostálgica que retrata un estilo de vida en vías de extinción. Los habitantes de este pequeño pueblo pesquero ven cómo su forma de vida va quedando obsoleto de forma inexorable.

La narración se sostiene principalmente en las relaciones que se establecen entre las mujeres protagonistas, mujeres fuertes e independientes, pero también hay presencia masculina muy entrañable.

Hacía tanto tiempo que tenía este libro pendiente y las expectativas eran tan altas que me ha sabido a poco, esperaba más. No puedo decir que no me haya gustado pero sin duda no ha sido lo que creía que iba a ser, una pena 🫠

El verano acaba de empezar y a la localidad costera de Dunnet Landing llega una escritora en busca de un lugar tranquilo donde refugiarse del ajetreo de la ciudad y poner punto final a su libro. Allí alquila una habitación en la casa de la señora Todd, una experta botánica que vende remedios caseros preparados con plantas de su jardín y con la que entablará una profunda amistad. Ella será la encargada de introducirla en la vida social de una comunidad que parece discurrir aislada bajo la imponente presencia de los abetos puntiagudos.
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Que delicia este pequeño libro! Es una historia muy cortita, donde no pasan grandes acontecimientos sino el día a día de un pueblo costero pequeño, donde viven pescadores y gente que trabaja la tierra. A lo largo de sus páginas conocemos a los habitantes de este pueblo, con sus historias y los maravillosa paisajes de Dunnet Landing.
Maravillosos los personajes femeninos, como se describe la soledad que conlleva la vida en un lugar así y las costumbres de un tipo de vida en vías de desaparición.
Es una pena que en mí país no se consiga este libro (o si se consiga sea a un precio desorbitado) ya que es un libro preciosos para tener en las estanterías y volver a releer. Después de leer el libro dan ganas de irse a pasar unos días a un lugar como Dunnet Landing 😁 .
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Reconozco que no conocía esta historia, tampoco a la autora.⠀
Me la topé de sorpresa, y ha sido muy interesante. ⠀
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La novela en sí, cortita y sin muchas pretensiones, es muy sencilla, fresca, ligera, y al más puro estilo costumbrista. ⠀
Nuestra prota, escritora, llega a un pueblo ficticio de la costa de Maine (EEUU) para alejarse del ajetreo y el agobio de la ciudad durante el verano. ⠀
Se aloja en la casa de la señora Todd, personaje como otras mujeres de la trama, muy especial, interesante, independiente y fuerte. Todos los personajes femeninos tienen mucho peso. Muy resaltable, la historia fue escrita en 1896. ⠀
Esta es sin lugar a dudas una Oda a la tranquilidad, a esa mezcla de paz y soledad que se respira en las zonas rurales. Sin quehaceres, sin presiones, un reclamo a la vida lenta que todos buscamos durante unos días aunque sea.
Un canto a la naturaleza, al mar, a los espacios abiertos. ⠀
Quizás se puede hacer algo tediosa, porque como ya digo, no ocurre gran cosa durante la trama, pero ya en si no va de eso... es una lectura que disfruté por el relax que aporta.