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Crítica de Nemon


Nemon
13 September 2018
Hace más de un año que no volvía a leer la historia de Feyre, y aunque en su momento leí Una Corte de Niebla y Furia, me dejó tan impactada que no pude escribir la reseña (aparte de que estaba muy enfadada, en el sentido de que no tenía el desenlace de la trilogía y me moría de ganas por saber qué iba a pasar con ella, con Tamlin y con Rhysand).
La novela, un retelling que al principio se vendía como la bella y la bestia, se transforma en algo completamente distinto gracias a la pluma insuperable de J. Maas, con pinceladas preciosas extraídas del mito de Hades y Perséfone.
Comienza meses después de que Feyre hubiera roto la maldición que caía sobre Prythian, dando con ello incluso su propia vida para lograrlo por esa tierra que una vez odió y por su amor ciego por Tamlin.
Pero Amarantha ha dejado secuelas profundas sobre todo en el alto lord de la Corte Primavera (aunque en general, ningún personaje que haya estado en contacto con la comandante de Hybern se libra del horror y las pesadillas) y vemos, como lectores, como poco a poco ese amor se va convirtiendo en algo claustrofóbico para Feyre. Feyre, que es una joven de carácter indomable, que lucha con uñas y dientes por lo que cree y más desea, se siente como una prisionera en una jaula de oro. En la jaula en la que la ha encerrado Tamlin sin siquiera saberlo.
En Una Corte de Niebla y Furia cobra protagonismo Rhysand, el lord de la Corte Noche, un hombre que intenta por todos los medios proteger lo que más ama en el mundo: los sueños, aunque para ello tenga que hacer uso de su terrible Corte de las Pesadillas y sus temibles dones; y a Feyre, la joven que arriesgó todo en Bajo la Montaña y a la que se siente terriblemente atraído por algo mucho más fuerte que burdos sentimientos.
Ver el cambio de Feyre a lo largo de la novela, ver cómo vence sus miedos, desarrolla sus habilidades y se curte en el arte de la guerra ha sido liberador. Ya lo fue en las escenas finales de Una Corte de Rosas y Espinas, pero en esta continuación es simplemente espectacular.
Rhysand tampoco se queda atrás. Bajo una apariencia de monstruo rompe-mentes, debajo de esa coraza de acero y oscuridad, se encuentra un hombre solitario, comprensivo, valiente y terriblemente tierno; un hombre sensual y seductor. Es todo lo que necesita Feyre para poder dejar sanar sus heridas y pasar página, demostrarse a sí misma que ha sobrevivido gracias al apoyo que él le brinda y a su fuerza de voluntad.
Y aunque no puede negar lo que siente por Rhys, se siente como una mentirosa deseando algo que no debería. O por lo menos, así lo piensa. La verdad es que el romance entre ellos es algo que se cuece a fuego lento, que hace incrementar el deseo y las ansias contenidas del uno por el otro con cada escena que pasan juntos. Y las escenas íntimas entre ellos, aunque escasas, son demoledoras, pese a que saben que una gran guerra está a punto de estallar tanto en Prythian como en territorio mortal.
Lo mejor del libro: la confesión de Rhysand a Feyre. Se me partía el corazón según iba leyendo los sentimientos, la desesperación y la impotencia contenida de este alto lord que tiene atemorizado a todo Prythian. Todos los sentimientos a flor de piel.
Pero el romance, aunque se puede entreveer al principio, no es lo principal del libro y es por eso que quizá me ha gustado tanto. Abarca el tema de superar los traumas, las heridas de guerra; el duelo interno entre lo que uno desea y lo que es correcto; la responsabilidad y los riesgos que hay que asumir por seguir manteniendo el orden.
Me han encantado otros personajes como Mor, la prima de Rhysand, con un pasado tan turbulento que es inevitable sentir lástima por ella, aunque ella por sí misma se cuelgue una máscara de indiferencia y de impiedad, por lo menos en la Corte de las Pesadillas; Amren, que no se especifica lo que es en realidad aunque su alma esté encarcelada dentro de un cuerpo mortal; Cassian y Azriel, ambos pertenecientes al pueblo Ilyrio y ambos de los guerreros más poderosos del territorio. Todos ellos, el Círculo Íntimo del lord de la Corte Noche, amigos desde hace siglos, con una gran historia a sus espaldas.
Velaris es una ciudad a la altura de su lord: un lugar mágico, creado por soñadores para soñadores.
Sarah J. Maas ha creado un mundo del que no he querido despegar el ojo, lleno de amenazas y verdades a medias; de un amor que traspasa los límites de la muerte; de engaños y mentiras.
Un mundo con más espinas que rosas, con un cielo negro donde convergen las estrellas y los sueños.
No sé si esta reseña estará a la altura de lo siento por ella o si realmente le hace justicia a la novela, pero realmente me siento realizada hablándoos de ella.
Y nada más que deciros… de momento, de la trilogía, mi favorito. En cuanto termine de escribir esta reseña, me lanzo de boca a Una Corte de Alas y Ruina. Realmente, por el final que ha tenido Una Corte de Niebla y Furia, promete mucho, así que me despido y os animo a leer esta trepidante trilogía si os gusta, además de la fantasía y el romance, un retelling con mucha originalidad.
Enlace: http://laobsesiondenaya.blog..
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