Las ilustraciones son preciosas y la escritora sabe cómo transmitir al máximo con el mínimo de caracteres. Lloré varias veces mientras lo leía, quizás porque acababa de terminar una historia de amor similar a la de la protagonista y al final del cuento siempre le quedan a uno cosas por decir. Hay quien se lamenta bebiendo o tomándola con compañeros, yo escribí una carta para purgar todas las cosas que nunca le llegué a decir, y por ello el libro es un fiel retrato de de lo que sucede tras una relación fallida. La única pega es que me hubiese gustado que fuese un poquito más largo. |