Le llamaban Bronco

Un libro para hacer ese paréntesis que se requiere de vez en cuando entre otras lecturas. Una novela muy entretenida que aun siendo predecible es atrapante e incluso da algunas sorpresas agradables después de momentos de angustia.

Gabriel es un joven mexicano domador de caballos que ha sufrido la pérdida de su familia a manos de unos bandidos lo que le lleva a trabajar en Las Claritas, una prospera hacienda a la que llega Rose, la hija del patrón, que regresa al hogar al enviudar después de once años de un matrimonio difícil para ella. Ambos, Rose y Gabriel se encuentran y chocan por sus caracteres además de la realidad de que sus condiciones sociales y económicas no permitirían una relación. Sin embargo, la chispa está y deberán luchar contra sus propios sentimientos, matrimonios impuestos e incluso con la misma muerte.

Recomendada para refrescarse en el lejano oeste.

Primera lectura del año y primer chasco. Abandono este libro al 56%, pues uno de mis propósitos lectores de este año es no perder el tiempo con lecturas que no me resulten lo suficientemente satisfactorias. Si he llegado hasta aquí, es porque el libro aunque no me estaba entusiasmando, tampoco me desagradaba y aunque no llegó a despertar un genuino interés por mi parte en ningún momento, lo iba combinando con otra lectura totalmente distinta. Aunque el libro está bien escrito y ambientado, la decisión ha sido tomada porque la actitud de la protagonista, que prometía ser una mujer más combativa y no ha sido así y especialmente del protagonista, me ha me ha sacado de quicio continuamente.
Estoy bastante cansada de encontrar hombres en la novela romántica que el 75% del tiempo tratan mal a sus presuntas enamoradas, porque están traumatizados, no se quieren enamorar o se sienten frustrados sexualmente debido a la diferencia de clases. No me importa si luego cambian de actitud, satisfacen a las "pobres infelices" que no han disfrutado nunca del sexo (un cliché recurrente), o luchan contra el mundo por defender ese amor. Tratar mal a otra persona, NO es romántico. Tratar mal a una mujer por los motivos que sea en una novela escrita en el S.XXI, aunque esté ambientada en el S.XIX y disfrazarlo de romance, no me parece correcto.
No me quiero extender más porque me desagrada profundamente este tema. Sólo quiero decir que otros libros de la autora me han gustado y un par en concreto me han gustado mucho, por lo que me siento además sorprendida.
Se que otras lectoras/es pueden pensar que mi opinión es exagerada y poco matizada, porque como toda opinión es subjetiva, pero ahí la dejo, ya que igual que alabo y hablo con pasión de libros que me han gustado, también creo necesario dar opiniones en sentido contrario. Espero que mi reseña pueda invitar a la reflexión y ayude a otras lectoras.

Texas, 1868. Rose Randolph vuelve al rancho familiar tras haber pasado los últimos años en Chicago. Las ilusiones que tenía puestas en su retorno al hogar se ven pronto truncadas al descubrir que su padre la ha hecho regresar para casarla con un desconocido. Su tristeza y desolación se verán mitigadas por la presencia de un atractivo e inaccesible vaquero que trabaja domando mustangs salvajes a las órdenes de su progenitor, por el que se sentirá irremediablemente fascinada. Gabriel Salas, el hombre al que todos llaman Bronco.

Bronco Salas no lo ha tenido fácil en los últimos tiempos. Trabaja en uno de los ranchos más prósperos de la zona, mientras espera poder cumplir una promesa que le hizo a su familia, por la que ha empeñado su vida y su futuro. La llegada de la hija mayor de su arrogante patrón le supone un contratiempo con el que no había contado. Aún a sabiendas de que cualquier relación con la señora Randolph está destinada al fracaso, y que permitirse caer en la tentación que esa mujer personifica sería un gran error, no puede evitar sentirse atraído por ella.. Ciertas historias de amor están condenadas a no suceder, otras, aún pareciendo imposibles, están escritas en el destino desde el principio. La de Gabriel Salas y Rose Randolph es una de ellas…

No estaba muy segura de que me apeteciera leerla, porque el western no es mi fuerte, pero como es de Laura me puse con ella, y no me sorprende que me haya gustado, ya que la pluma de la autora es especial. Me parece una historia que engancha y los personajes son fuertes y con personalidad arrolladora, tanto los principales como los secundarios. ¿Tendremos noticias de Rico?¿De Angie? ¿Will?
Rose y Bronco sienten una gran atracción desde el primer minuto en que se encuentran, pero es un amor imposible donde ella es la hija del patrón y él un mexicano sin aspiraciones. No es lo normal para la época, así que tendrán que afrontar los desprecios del padre de ella y de la sociedad, al igual que ambos deberán hacer frente a una promesa que Bronco hizo en el pasado.

Una novela que te envuelve desde la primera página, una historia que transcurre despacio, pausada, pero que no quieres que acabe nunca. Leí hace tiempo otro libro de Laura Sanz y no lo disfruté todo lo que me hubiese gustado porque no conecté para nada con su protagonista femenina, pero sí que me encandiló la pluma de la autora y por eso cuando leí la sinopsis de este libro decidí darle otra oportunidad y bendita decisión porque le llamaban Bronco no sólo me ha gustado, sino que se ha convertido en una de mis lecturas favoritas de este año. Tiene todo lo que me puede gustar en una novela, el viejo Oeste, vaqueros, caballos, un protagonista masculino para llevártelo a casa y una protagonista femenina con una bondad y unos valores maravillosos. Los secundarios son una delicia también y confieso que me quedo con ganas de más Rico (y más Angie). Un libro con buenos muy buenos, malos muy malos (pero muy), con una narración exquisita que te va llevando de una forma pausada por la historia, pero que te deja siempre con ganas de más, de los de un capítulo más y me voy a dormir. Y con una documentación por parte de la autora para quitarse el sombrero. No le falta detalle y todo está tan bien hilado que cuando llegas al final la sensación es maravillosa. Si, como yo, adoráis las novelas románticas ambientadas en el viejo Oeste no dudéis ni un momento en dejaros envolver por esta historia. No os defraudara.

Llevaba con este libro en préstamo del Prime Reading de Amazon mucho tiempo y este mes me he decidido a leerlo.
Una historia en el Salvaje Oeste con personajes rudos, mucho polvo (de tierra, no nos vayamos por otros sitios) y una buena historia de amor siempre tienen muy buena pinta. El caso es que me lo empecé con muchas expectativas y no me ha defraudado pero con algún que otro pero.
Me ha gustado la historia mucho. Y el primer pero viene en que es un pelín demasiado lenta. Si hasta la mitad del libro no llega el primer beso de los protagonistas os podéis hacer una idea.
El otro pero que le encuentro es que hay demasiado desarrollo a todo lo que hay alrededor de los protagonistas y de ellos dos juntos muy poco en comparación.
Que Gabriel (me gusta mas que Bronco) se pase mas de la mitad del libro bufándole a Rose y que Rose se pase todas esas partes intentando esconderse por vergüenza tampoco ayuda mucho.
Y a pesar de estos peros y de que el libro es bastante largo me lo he ventilado en una semanita porque me enganchó desde el principio. al acabarlo me quedo con la sensación de algún cabo suelto y no hablo de Rico que sé que tiene su libro, sino de cosas que puede que se solucionen precisamente en el segundo de la serie.
Para todo/a aquel/la lector/a quien le guste la ambientación en el Lejano Oeste, puede disfrutar de este libro porque tiene todas las características para ello.