La ciudad de la luna eterna

Reconozco que me he reconciliado un poquito con la autora, aunque todavía me decepcionan sus libros; se les puede sacar mucho más jugo y parece que ella no está para la labor... de nuevo Esther Sanz nos enamora con su estilo elegante, fresco y juvenil. Sabe enlazar con facilidad las descripciones y las escenas de amor y acción. Siempre incluye frases inolvidables por su belleza y delicadeza. Las coloca de manera que las lees y piensas: "¡lo que acaba de decir es precioso!" Y las repasas de nuevo para saborearlas con gusto.

En cuanto a la trama, ¡por fin! ¡Sí! Por fin Clara se da cuenta de que Bosco es un pelmazo (sí, muy sexy, pero pelmazo al fin y al cabo), y empieza a arrimarse otra vez a Robin. No es precisamente un chico de ensueño, con sus secretos y su lado oscuro, pero es mejor que aspirar a vivir con alguien tan irreal como Bosco.
Me sorprende lo lanzada y temeraria que se vuelve Clara cuando abandona al ermitaño, con quien se comportaba como una niña triste y frágil. Parece una chica que encierra personalidades opuestas y, dependiendo de quién la acompañe, actúa de una forma u otra. Pero sigue siendo igual de ingenua, eso nunca cambiará.

La recreación de Florencia ha sido preciosa. Me imaginaba todo con detalle y precisión. Ha sido una gozada recorrer las calles italianas de la mano de Robin y Clara. Y las escenas de sexo están mejor en este libro, se nota que las ha pulido. Las anteriores eran bastante bastas, que no hubieran destacado en un libro erótico, pero esto se trata de juvenil y no quedaban bien.

Por desgracia, más allá de la mitad del libro, éste tiene muchos altibajos: personajes interesantes que después no aportan nada a la historia, escenas brillantes incluidas en tramas absurdas. Es un libro que se impregna de desconfianza y no imaginas cómo acabarán las cosas porque la autora le da unos giros argumentales bastante irreales y extremadamente fantasiosos; eso sí, siempre cargados de amor.

El final es bastante soso, le falta acción (de nuevo vemos los acontecimientos desde la distancia, sin participar en ellos), y también pasión. Falta sentimiento en las últimas páginas.

Como he dicho, me andaré con ojo con los siguientes libros de esta mujer. No sé qué le pasa a la hora de escribir, que se va por las ramas y acaba enmarañándolo todo. Una lástima, la verdad...

Saludos ;)