El mentiroso

Mikel Santiago es una excelente opción que nunca defrauda si lo que buscas es un Thriller lleno de giros de guion, adrenalina y misterios que van resolviéndose paulatinamente. Es la segunda novela que leo de este autor, y si la primera, “La Última Noche en Tremore Beach” me duro dos suspiros y me tuvo desde la primera hasta la última página en vilo, con “El Mentiroso” la cosa ha ido incluso a más. Era una lectura conjunta que su supone que nos tenía que durar hasta mediados del mes de marzo y en realidad nos leímos el libro en menos de una semana. Yo solo digo eso.

Debido a un accidente de tráfico, Alex, un jardinero que vive en la localidad vasca de Illumbe, se despierta en el hospital con amnesia. Una situación que le resulta muy conveniente para intentar ocultar lo último que recuerda: que se despertó en una fábrica abandonada al lado de un hombre al que no conoce de nada. Y que estaba muerto. Mientras bucea en una maraña de recuerdos inconexos y dudas, mezclada con sus propios secretos y los de aquellos que conoce, Alex intentara resolver que se esconde tras esa escena y descubrir quién mató a ese hombre y probar su inocencia.

Como yo anticipaba, desde que empecé a leer, disfruté enormemente de esta historia, en la que hay muchos misterios y mucha tensión de la buena, macerada convenientemente von las dudas que hay por saber qué es lo que realmente ha pasado con el protagonista, dudas que nos van a tener en un sin vivir hasta prácticamente el final de la novela. Mikel Santiago es un autor muy directo a la hora de escribir y muy sencillo, por lo que se lee muy bien y muy rápido. A esto hay que sumar que sus capítulos son relativamente cortos, lo que aporta más agilidad a la lectura; y con ello consigue engancharte y meterte totalmente en la historia que te propine. No voy a decir que su prosa sea compleja, llena de giros literarios o rica en matices, para que vamos a engañarnos. Es un autor que va a lo que va, y que por la naturaleza de sus obras es algo que hay que agradecer. Los misterios que propone son bastante asequibles y los lleva con un excelente sentido del ritmo; en cada capítulo la historia siempre avanza, ya que te encuentras cada dos por tres con muchos giros de guion y descubrimientos que ponen mucha sal y dosis de intriga, y hay muchas escenas cargadas de pura adrenalina. Todo un cóctel explosivo que te mete antes de que te quieras dar cuenta muy dentro de la historia y te hace dar vueltas a todos una y mil veces. Esa es una de las gracias de las lecturas de este autor, que no paras de hacer tus propias cábalas, sacar tus conclusiones y hacer tus deducciones. Y todo el panorama va cambiando capítulo a capítulo según se va desgranando la trama, resolviendose algunos misterios y apareciendo otros nuevos. No hay casi ni un minuto en el que puedas desconectar de la lectura, pararte a respirar o simplemente que el ritmo se permita decaer. Y si los hay, son solo la calma antes de la tormenta; lo que viene después de ello es lo que te obliga a abrocharte el cinturón. Porque lo que tienes delante son curvas. Y esa es una de las gracias de estas novelas, uno de sus puntos fuertes.

Una de las cosas que más me ha gustado de esta lectura ha sido la ambientación que Mikel Santiago nos propone Illumbe, un pueblo ficticio que volverá a aparecer en otras de sus obras. de una manera muy directa y sin muchos recursos literarios, el autor logra meternos de lleno en un tranquilo pueblito vasco que se convierte en el epicentro de la tragedia y el misterio. Mientras uno puede sentir que pasea por sus paisajes lluviosos, respirar el aroma del mar desde sus traicioneros, acantilados, empaparse de las pequeñas costumbres de las culturas vasca, moverse por sus carreteras y meterse de lleno en su microcrosmos. Tampoco hay grandes complicaciones a la hora de conocer a los personajes; todos están desarrollados de una manera sencilla, pero efectiva, rápidamente uno le identifica bien y es muy interesante la forma en que todos acaban teniendo su pequeño o mayor peso dentro de la trama. No vas a coger cariño especial a ninguno, pero van a estar lo suficientemente trazados como para tener un mínimo de profundidad e individualidad. Es curiosa la manera como Mikel Santiago ha trabajado con las piezas que tenía a su disposición, los miembros de algunas familias y de un pequeño y ficticio pueblo del País Vasco, de una manera tan vivaz y completa, pero sin hacer que esté panorama se vuelva muy lioso y el lector se pierda entre sus componentes. Es una circunstancia que se da en no pocas novelas de misterio y asesinatos, y que está muy bien llevada en este caso. Y es que la trama de muerte y misterios segmenta en otras pequeñas tramas relacionadas con el pasado de muchos de estos personajes y con las historias de los habitantes del pueblo y de muchos de los conocidos y familiares de Alex. de ahí que “El Mentiroso” tenga también mucho de drama familiar, lo que le da un toque más especial a la novela, le da cierto sabor que hace más interesante este libro.

Todos los personajes que aparecen en esta historia tienen sus propios misterios, en sus pasados hay algún que otro trapo sucio y eso acaba demostrándose que está conectado con el tema central de la novela y teniendo su importancia en la historia que tenemos en sus manos al salir a la luz. Ni siquiera el protagonista de nuestra historia, Alex, se salva de esto. Es más, son sus propios secretos, los que en no pocas ocasiones le ponen en el punto de mira y le meten en más de un lío. La verdad es que para mí Alex ha sido un protagonista que no ha terminado de convencerme del todo, en ciertos momentos me ha resultado muy arrítmico. Por un lado, es un chaval que no ha tenido las cosas fáciles y cuya situación personal parece bastante sencilla y bien encaminado. Pero lo dicho, en realidad oculta cosas. Hay pocos momentos en los que solo puedes compadecerle y empatizar con el, por todo lo que le pasa y por todos los frentes abiertos que tiene alrededor. Pero luego ves como el mismo se crea sin ayuda de nadie todos esos frentes, y solo puede sentir ganas de darle un coscorrón si no estás demasiado ocupado en enviarle a la porra. Por qué es increíble como él solito se complica las cosas. Y también a veces me escamado como se le idealiza por parte de otros personajes, la manera en que están predispuestos a pensar lo mejor de cuando, a veces no se lo merece. Pero de todas maneras, hay algo que tengo que reconocerle a nuestro protagonista: se encuentra en una situación inverosímil en la que solo se tiene asimismo y las escasas cartas de las que dispone para salvarse. Y eso la verdad es que marca en muchas ocasiones tanto los compases de la novela como su propia actuación dentro de la misma.

En definitiva, si buscas una novela de misterios e intriga fácil de leer, con una historia sencilla pero no masticada y que, seguro, que no te va a defraudar, “El Mentiroso” es tu lectura ideal. Lo que es el misterio central de la historia la verdad es que creo que ha quedado muy bien cerrado y sin ningún hilo suelto . Todo termina muy bien resuelto y con mucho sentido, cada una de las piezas que ha ido poniendo Mikel Santiago en el camino tenía su porque dentro de la trama. Y todo esto ha ayudado a crear una historia solvente, muy bien llevada, creible y que, como no me he cansado de repetir durante toda la reseña, me ha tenido en vilo desde casi el mismo instante en que empecé la lectura. En serio, he valorado mucho este último aspecto, porque en estos momentos de mi vida es lo que necesitaba, una lectura ligera y que me tuviera enganchada de principio a fin. Así que desde luego que esta no va a ser la última vez que me encuentre con Mikel Santiago. Imagino que el próximo libro que lea escrito por él sea el segundo de la llamada Trilogía de Illumbe que, por lo que tengo entendido, se compone fe historias independientes pero que tienen lugar en este pueblo. Aunque haya momentos en que lo pienses, pronto te queda claro que el muchacho no puede ser el asesino. Y si lo fuera sería el peor de toda la historia, porque queda claro que no le da la vida para ser malo. En serio, hay momentos en los que casi te da la risa por ver las que está montando. Ni su peor enemigo, podría haberle fastidiado más que él mismo. Pero al mismo tiempo le reconozco algo: es una persona que se ha visto envuelta en varias situaciones en las que tampoco ha tenido mucho margen de maniobra y se ha movido más por instinto que por otra cosa.

Álex, un joven de 28 años de despierta en una habitación de hospital tras un accidente y con una grave amnesia que le ha hecho olvidar por completo las últimas 48h de su vida. Su único recuerdo es haberse levantado herido en un lugar desconocido junto a un cadaver y con el arma homicida a su lado.
Mikel ha conseguido volverme a hacer amar a un género en el que últimamente me costaba acertar con la lectura adecuada.
Se mantiene la intriga en todo momento con multitud de giros que consiguen despistarnos por completo y sospechar hasta de uno mismo.
No he llegado a estar segura en ningún momento del culpable hasta completamente el final.
Altamente adictivo y fácil de leer. Ideal para desconectar del mundo y sumergirnos en los parajes de Ilurbe (pueblo ficticio donde sucede la historia).
Por ponerle un pero es ese final un tanto demasiado rebuscado y hasta cierto punto irreal.
Gracias Mikel por haberme hecho disfrutar de este libro de principio a fin.

Me estreno con el autor con esta novela y me ha gustado, me ha tenido enganchada a la lectura poco más de dos días y, si hubiera podido, la habría leído de un tirón. Me ha resultado muy entretenida y adictiva y ha sido un buen comienzo para ir conociendo a Miquel Santiago. Ya tengo preparadas dos novelas más: "En plena noche" y "Entre los muertos".

Alex se despierta en el suelo junto a un cadáver que no conoce, sufre una fuerte conmoción y cerca de su mano hay una piedra ensangrentada. Pierde el conocimiento y se despierta en el hospital sin recordar nada de las últimas 48 hora que ha vivido. Su novia le cuenta que ha sufrido un accidente de tráfico y se ha dado un fuerte golpe en la cabeza. Los médicos le informan que irá recobrando la memoria con el paso de las horas mediante flashes. Y vuelven los recuerdos poco a poco, lo cual le hace creer que él puede ser el asesino del cadáver que encontró a su lado.

Cuando la policía lo interroga se calla ese recuerdo y se propone empezar a investigar por su cuenta lo que realmente sucedió. El relato es trepidante, a medida que va recordando debe ir componiendo el puzle de lo que realmente pasó a la vez que debe borrar toda huella de su posible culpabilidad. Vamos conociendo su presente y a las personas que lo rodean a la vez que conocemos su pasado y lo que sucedió en ese lapsus de tiempo que se borró de su memoria, hasta llegar a aclarar todo el misterio del homicidio actual y una muerte sospechosa que ocurrió cuatro años atrás.

Una lectura interesante y amena, tremendamente adictiva, fácil de leer y asimilar, que te hará pasar unos buenos ratos de intriga y suspense. Muy recomendable.

Hay muchos tipos de mentiras y de mentirosos. No sé vosotros, pero yo alguna que otra "mentira piadosa" sí he contado. La finalidad era evitar hacer daño o disgustar a la persona en cuestión. Son metirijillas sin maldad.

En este caso Alex, se ha vuelto un profesional de la mentira. Miente y cuanto más miente, más tiene que mentir, una mentira lleva a otra, es un círculo vicioso.

Nuestro protagonista se despierta en una nave abandonada y a su lado hay un cadáver. No recuerda nada. ¿Habrá matado él a ese hombre? El libro no puede empezar mejor. La acción se desarrolla en Illumbe, un pueblecito costero del País Vasco. En este pequeño pueblo no todo es lo que parece, se guardan secretos que iremos descubriendo al mismo tiempo que Alex, y no querremos parar de leer. Es una lectura ágil y entretenida, en la que no sobra ni falta nada. Las descripciones que el autor hace del entorno son estupendas: las tormentas, el mar embravecido, los bosques...he notado el viento en la cara e incluso el mar me ha salpicado y mojado...

Después de leer el libro se me plantea una cuestión que me gustaría compartir con vosotros: por realizar una buena acción, ¿vale todo? ¿Está justificado saltarse la ley por un buen fin? ¿Es lícito moralmente?

El final del libro también es sorprendente y ... me encantaría poder comentarlo con alguien!!!!!!

La primera vez que leí a Mikel Santiago, hace ya algunos años, me sorprendió qué la trama de “La última noche en Tremore Beach” me recordara tanto a un autor al que había profesado verdadera admiración durante mi adolescencia. No debí ser la única pues muchos llamaron a Mikel el Stephen King de Barakaldo. Han pasado varios años y varias novelas que he tenido el placer de disfrutar y he de reconocer que sin perder la esencia de aquella primera historia, Mikel cada vez se parece menos a Stephen King para parecerse más a Mikel Santiago.
Creo, y esa es mi opinión personal, que Mikel ha ganado en madurez y en esta historia percibo más seguridad, y poso de realidad que en todas las anteriores.
Pero si hay algo que no ha variado es la maestría del autor para construir tramas solidas y sorprendentes, con personajes perfecta y coherentemente construidos.
Mikel sigue siendo un perfecto ensamblador de piezas, un magnifico contador de historias, un experto autor de thrillers.
Aunque en esta novela renuncia, relativamente, a los elementos fantásticos, tan patentes en sus dos primeras novelas, la amnesia le permite moverse entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira, entre el recuerdo y la construcción del recuerdo, porque al fin y al cabo, como decía García Márquez “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” , y si de forma natural todos reconstruimos lo que fuimos, que no haremos cuando algo nos impide incluso tener puntos de anclaje sobre los que reconstruirnos…
Alex es un maestro de la mentira, un hombre al que la vida le ha obligado a desarrollar una agilidad excepcional para el fingimiento y el disimulo, un hombre al que las circunstancias de su existencia han obligado a moverse como pez en el agua entre la verdad y la mentira, un hombre al que, precisamente esa capacidad de mentir le hacen mas fácil enfrentarse a una situación que al común de los mortales nos dejaría absolutamente fuera de juego.
Y esa personalidad mentirosa, que en principio representa una ventaja, va poco a poco convirtiéndose en una carrera llena de obstáculos.
Y, como esa casa, asomada al mar, a la que los embates del viento y el agua van ahondando las grietas que amenazan con hacer caer. Las mentiras que Alex va construyendo una sobre otra y otra, amenazan con hacer que su vida "perfecta" vinculada a través Erin a la "alta sociedad" de Ilumbe se desmorone como un castillo de naipes sin que siquiera sea consciente de porqué.
He disfrutado con la magnifica descripción de esos paisajes del Norte que Mikel tan bien conoce y cuyo cariño trasciende las página, he gozado de los personajes desde el primero al último, de Ane, de Mirari, de Joseba, de Dana, de Carlos… e incluso de Denis y de Félix, aun no siendo “buenos personajes”, he sonreído con los guiños que Mikel hace a la escritura y a los escritores, a las editoriales e incluso, me atrevo a decir a su propia editora. Y me ha conmovido el pasado del protagonista, un pasado marcado por los abandonos y las ausencias, un pasado que, inevitablemente marca el presente del protagonista.
La novela arranca con una escena potente que te mete de lleno en la historia y que avanza in crescendo envolviéndote en la incertidumbre del protagonista, que no deja de ser la nuestra hasta la última página; una historia que no da tregua en ningún momento, que obliga a leer sin pausa, a sospechar de todo y todos y a errar el tiro una vez tras otra.
El mentiroso es una novela que he disfrutado de la primera a la última línea, en la que la trama me ha envuelto, si, pero en la que también me ha conmovido ese cariño y ese respeto del autor a la tierra y a las personas que lo habitan, una ternura, la de los personajes del abuelo y la madre que han traspasado las paginas para tocarme inevitablemente la fibra sensible.
Las expectativas con las que comencé la lectura, que ya eran altas no se han visto mermadas, todo lo contrario, y es que Mikel es un autor que no defrauda, un autor al que siempre merece la pena leer.