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Crítica de Mandy


Mandy
26 May 2021
El destino une a Claire y a Ori frente a una estatua en un museo. Ese destino que les pone en su camino una exposición de un artista muy especial y que les llega al alma. Queriendo saber más, deciden unirse para descubrir cómo fue la vida del pintor. Y ese viaje les cambiará la vida para siempre.

Hay momentos en la vida que se cruza en tu camino una historia que no esperabas. Recuerdo un día de hace muchos meses, cuando se anunció el premio Titania y vi a Marta hablar por primera vez de la novela. Fueron un par de frases con pequeñas pinceladas, pero sabía que era una historia que tenía que leer. Lo que no tenía ni idea es que sería de ese tipo de historias que tocan muy adentro y de las que sales siendo una persona diferente. Y a ver cómo os hago yo una reseña de algo que te acaricia el alma.

Esta novela nos cuenta dos historias diferentes. Por un lado tenemos a Claire y a Ori en el presente. Ella es estudiante de Bellas Artes en París. Adora todo lo que tenga que ver con arte. Es creativa, está llena de vida, es dulce y muy bella por dentro. Trabaja en una cafetería para sacarse un dinero y también toca y canta en la calle. Asistir en primera persona a la pasión que la mueve cada día fue un chute de energía.

Ori, por su parte, es un chico que no ha vivido demasiado y al que se le pide madurar y crecer a marchas forzadas. Por eso decide viajar a París y tomarse un pequeño periodo de tiempo de libertad y de experimentar antes de regresar a casa. Ori era un poco como un niño, muy inocente. Estar con él era como descubrir por primera vez ese batido de chocolate que de repente se convierte en tu favorito. Y el tándem que crean Claire y Ori es pura magia. Es una relación pura, limpia, nacida del amor por cosas comunes, nacida de la pasión por lo bello, por lo humano.

Por el otro lado, se nos irá contando la historia de Asher Dray, el pintor, desde su niñez hasta la edad adulta. Nació en los ochenta con vulva, pero pronto descubrió que él en realidad era un chico. Él mismo nos irá contando cómo fue nacer en un cuerpo que no corresponde a lo que eres, cómo fue su relación con el mundo exterior, cómo fue su relación con su familia… Y como conoció y quién fue la Chica de las Burbujas, que ocupaba gran parte de su obra artística. de él no quiero contar mucho más, ya que es más elocuente de lo que pueda ser yo y transmite a la perfección todo lo que quiere transmitir. Solo os diré que se hace un hueco en el corazón de todos los que tienen el placer de conocerlo de alguna forma, incluido el mío.

Esta es una historia que le da visibilidad a un colectivo que sufre todavía muchísimo. Y lo hace de una forma muy íntima y personal, centrándose en las vivencias de un chico sensible y dulce. Es una historia sobre identidad, sobre amor propio, sobre luchar por lo que se quiere, sobre alzar la voz y hacer ver al mundo que nunca es todo blanco o negro, que hay un millón de colores en el mundo, así como hay miles de millones de personas distintas y diversas. Me gustaría destacar que se nota mucho y que se deja buena constancia de la magnífica labor de documentación de la autora, que me parece tremendamente importante.

A mí me ha gustado mucho y me ha llegado tanto porque está llena de sencillez. Lo trata todo desde perspectivas fáciles de conectar con ellas, de empatizar. Es un libro donde la familia está presente en cada momento. Hay amistad por todas partes. Y, por supuesto, hay mucho amor. Romances de verano, romances que duran en el tiempo, romances que van poco a poco, romances que estallan sin control en el primer momento. Todo era muy del día a día, experiencias que hemos vivido o hemos visto en otras personas.

También me gustaría mucho hablar de la ambientación. Marta lo describe todo de una forma que te envuelve y te hace meterte en una burbuja mientras lees, olvidándote del lugar real en el que estás. París es un lugar maravilloso y lleno de magia. Pero lo mejor eran las partes ambientadas en mi Valencia, en ese lugar húmedo y caluroso, con sus playas preciosas y una albufera que quita el aliento cada vez que la ves.

No es una novela fácil. A mí me ha sorprendido mucho porque no llega a las 300 páginas y pensaba que la leería muy rápido. Pero no sucedió así. La prosa es maravillosa, te atrapa cada vez que te pones a leer. Los diálogos son magníficos. Las voces de los protagonistas son auténticas. Los capítulos son cortos. Pero la carga emocional es tan grande que tienes que parar. Y, además, también recomiendo un ritmo más pausado en su lectura para que todo cale bien y se pueda disfrutar como se merece. Este es uno de esos libros que merece la pena leer despacio.

Retrato de una piel desnuda nos cuenta una historia de diversidad, de aceptación y de condena a la violencia y a la discriminación. Acompañaremos a dos personas inocentes y pasionales en su camino por descubrir los entresijos de la vida de Asher Dray, un pintor trans lleno de sensibilidad y con mucho que contar. Una historia llena de familia, amistad y un amor que deja huella. Una historia de grandes personajes, con una ambientación que atrapa y una narración que toca todas las teclas correctas. Una historia muy emotiva que es incapaz de dejar indiferente a nadie.
Enlace: https://papeldreams.blogspot..
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