Si fuese posible montar en una bruja

Moratín parece adelantarse en varios siglos a cierta tendencia posmoderna contemporánea al establecer un juego de disonancias con el texto original. Ahora bien, la diferencia entre este texto y las técnicas contemporáneas posmodernas reside en que en el caso de Moratín la apropiación del original y su cuestionamiento literario esconde[n] un fuerte trasfondo político, cosa que quizá no hallamos en la experimentación posmoderna

Moratín escribe sobre el presente pero no para su presente. Este matiz es importante. Su prosa parece querer volar hacia el lector.

Hallamos un espíritu abierto y deseante, una tendencia hacia el fragmento como mejor modo de atrapar la realidad constantemente cambiante, de condensarla en su radical contradicción. En general, una mirada irónica y atenta como una pegajosa lengua de reptil que se adhiere a lo que pasa.