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🐶Opinión: Un libro agridulce, pero en el buen sentido. No me ha pasado jamás con un libro que a pesar de los temas que desarrolla, y no es spoiler porque hablamos sobre una enfermedad muy catastrófica, me haya dejado un sabor entre los triste y lo bien. Quizás el tocar de cerca una enfermedad crítica en mi entorno personal me lleva a sentirme como nuestro protagonista, quien debe a través de esta situación aprender cosas nuevas desde niñez a juventud y seguir viviendo con ello. Es difícil, es terrible, es injusto y es increíblemente doloroso ya que uno no puede hacer nada por la otra persona; quizás por eso lo entiendo y a la perfección. . Nuestro narrador nos cuenta la historia de su hermano mayor, Ezequiel, antes de partir a su vuelo con destino a Estados Unidos ya que se va a estudiar. Desde los cinco años hasta sus dieciocho nos explica cómo afectó en su vida, su familia, su entorno la situación de salud de su hermano y como a pesar de ello aprendió valiosas cosas, pero no es simplemente una novela donde todo es color de rosa porque el protagonista aprende valiosas lecciones, sino porque nos muestra la esencia natural de él también cuando relata sus errores, sus enojos, sus enfados, como cualquier chico de esa edad. Me gusta la naturalidad con que fluyen los capitulos, como en solo pocas páginas puedes llegar a comprender al narrador a través de los años y como también conoces a Ezequiel y su familia, sus reacciones, decisiones y descenlaces. Creo que no hay peor fantasma en la vida de una familia que una enfermedad. Algunos dirán la muerte, otros los abandonos, déjenme decirles que como experiencia personal he pasado por todos y ninguno es tan molesto y pesado como lo es una enfermedad grave, sea cual sea, no necesitamos un nombre pero si saber que es una especie de grieta difícil de reparar. Quizás por eso lo acepto. Quizás por eso no me es difícil comprender las palabras que se desarrollaron en éstas páginas. Aún así, entre tanta oscuridad y desgaste, tenemos siempre la salida, puede ser dolorosa, pero nos da un pase a seguir viviendo, poniendo lo mejor de uno mismo, viviendo al maximo, experimentando cosas y aprendiendo que el dolor también es algo con lo que caminar. Sentir miedo, dolor, incertidumbre ante la perdida de un ser querido no es malo, es sinónimo de que amamos a esa persona, pero eso no nos debe definir, si podemos vivir con ello pero jamás permitir que se transforme en una carga de vida. La vida es hermosa, con sus altibajos, una perfecta montaña rusa de sensaciones que nos pueden gustar o no, pero vale la pena vivirla al máximo. Sino como diría Ezequiel " —Mira, lo único cierto que sabemos todos de la vida es que nos vamos a morir. Y lo único incierto es el momento. Digamos que al enterarme de lo incierto avanza sobre lo cierto, me propuse no morirme hasta no poder tocar la Suite No.1 en Sol Mayor de Bach. —y se rió." Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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