No todos buscamos una media naranja

Cuando me propusieron la lectura, he de decir que no las tenía todas conmigo de que me fuera a gustar la novela pero había algo que me tiraba a leerla, sin pretensiones. Ahora que la he leído puedo decir que agradezco mucho la recomendación de esta lectura porque me ha encantado y enganchado de principio a fin.

La comencé para ver que tal era y me he quedé pegada a sus páginas los dos días que tardé hasta acabarla.

La portada es curiosa y más o menos intuyes que te vas a encontrar en el interior, aunque realmente no me ha gustado demasiado. La sinopsis desvela algo más y gracias a eso decidí embarcarme finalmente en la lectura.

Es una novela de veinte capítulos de lectura rápida y ágil, que entretiene, engancha y que tiene detrás mucho mensaje social que creo que es tan necesario hoy en día.

Está escrita en primera persona a través del personaje de Índigo Michaels, un boxeador de élite gay de 23 años que era el gordito marginado del instituto. Fiona, la delegada, era su única y gran amiga que aún lo es pasados los años. Han compartido piso, confidencias y son grandes amigos. Ella lo convence para ir a la fiesta del instituto de la clase de 2010. Y así comienza una comedia romántica con los que serán los dos grandes amores de Índigo: Sam (Samuel) y Deandre.

No es una autora conocida, no es un libro conocido, y sin embargo merece mucho la pena conocerlo. Así que si os gustan las comedias románticas os animo a darle una oportunidad a este libro aunque de primeras no os llame, porque os podéis llevar una gran sorpresa, como me ha pasado a mí.