En esta historia seguimos la relación entre Jaime y Elena, a través de sus encuentros diarios en una cafetería. Vamos a ir conociéndolos al ritmo de la vida misma: unos días la conversación es más relevante que otros, unas veces viven momentos de ilusión y otras de desaliento y tristeza. Y así, acompañándoles en torno al café y la tarta (que es la verdadera protagonista de la historia) nos acercaremos a ellos, nos sentiremos parte de su circulo, sabremos de sus manías y, de premio final, nos harán partícipes del secreto de su relación… En mi opinión es una forma original y refrescante de contar una historia. El hecho de que sean encuentros breves dota a la narración de un ritmo ligero. Es como la vida misma: a veces te parece que va a pasar algo y ese algo se difiere…otras veces no pasa nada más que un poco de compañía y conversación. Me ha gustado cómo el autor describe escenas tan cotidianas como una salida del colegio o de la oficina. Además, los personajes tienen un humor fresco, de colegueo. Y los secundarios, que no son personajes de mucha profundidad, si que contribuyen a ese humor que es como a banda sonora de toda la historia. De la relación de los personajes principales no voy a decir nada, que eso hay que descubrirlo leyendo el libro. Pero advierto, no es una novela romántica. No van por ahí los tiros… + Leer más |