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Críticas sobre El guardián entre el centeno (83)
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patriciamiranda782
 04 May 2020
Leer implica el goce de sustraerse al mundo que el autor nos propone y ésa es la mirada que nunca debemos perder ante un libro pero leer, es también asimilar técnicas, comprender la temática en toda su amplitud.
El Guardián entre el centeno, nos cuenta, desde el punto de vista social, el consumismo de una época (años '50 en EE.UU.), la rebelión de los jóvenes contra un sistema de mercado demandante, el inconformismo de una sociedad ante grandes cambios (económicos y políticos en el caso de los años '50 en EE.UU.), la impersonalidad en los sistemas de educación, literatura y cine con fines propagandísticos donde los verdaderos valores culturales se desdibujan, adicciones, etc.
Pero en un gran libro este, el autor nos dice algo concreto pero entre líneas nos sugiere mucho más. El guardián entre el centeno es una de esas novelas en las cuales el autor usa una excusa anecdótica para decir mucho más.
Salinger ha usado como excusa la adolescencia como etapa conflictiva para contarnos mucho más.
La novela nos cuenta la vida de Holden Caulfield que es expulsado de un colegio por segunda vez. En la novela asistimos a los instantes posteriores a esa expulsión en que Holden decide huir. En esa huída vive un sinfín de situaciones que unidas a sus experiencias pasadas le va brindando el lector esa mirada especial de este adolescente. Por momentos rebelde e irracional, por momentos de una lucidez extrema que nos muestra crudamente la vida tal cual es y o como los adultos intentan mostrarla.
Holden no solo representa al adolescente que quiere retener el idealismo de la vida y se le escurre entre las manos, sino que muestra a cualquier ser humana tratando de rescatar lo espiritual por sobre lo material en una sociedad que cada vez prioriza más lo último sobre lo primero. Es el típico antihéroe de la literatura contemporánea que lo único que busca es proteger ese mundo infantil donde la felicidad es plena y absoluta, protegerlo de encontrarse con un mundo hipócrita, malvado y feo.
O sea que desde el punto de vista existencial nos ha contado: cómo vive el adolescente ese paso de dejar la niñez y asumir una incipiente adultez, el materialismo que implica el mundo adulto y la pureza que el adolescente debe rescindir para entrar en ese mundo que inevitablemente lo espera, y finalmente la impotencia de Holden por no poder cambiar esas reglas dadas dentro del crecimiento de una persona. Eso nos introduce en el planeamiento de que quizás, si nos lo proponemos, además de ser adultos responsables y funcionar dentro de una sociedad condicionante, además de asumir compromisos netamente adultos, además podemos no olvidarnos lo hermoso, lo simple, lo espiritual que conlleva la niñez y entonces, tal vez podamos matizar la realidad que nos circunda con ese halo de pureza elemental con que nacemos sin usarlo como sistema de canje para dejar de ser niños y convertirnos en adultos.
Algún día la humanidad entenderá que ser un humano significa el sabio equilibrio entre niño y adulto ese que solo el adolescente tiene por un tiempo limitado y entonces ese día seremos muchos más los que engrosemos las filas de Holden para convertirnos en un guardián más entre el centeno.
Tomo las palabras de Holden cuando nos dice: Los libros que de verdad me gustan son aquellos que al acabar de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarlo por teléfono. Ojalá Salinger viviera, ojalá pudiera llamarlo por teléfono para contarle que su libro es un clásico que superará los límites de cualquier época, porque mientras lo material pugne por sobrepasar lo espiritual seguiremos embanderando a Holden en las primeras filas para luchar contra ello.
El Guardián en el centeno es esas joyitas que llamamos clásicos ya que no habla solo de Holden (su protagonista) sino de todos nosotros convertidos en Holden luchando por un mundo más real.

Un clásico que superará los límites de cualquier época, porque mientras lo material pugne por sobrepasar lo espiritual seguiremos embanderándonos tras Holden en las primeras filas para luchar contra ello.
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Guille63
 01 June 2023
Ustedes conocen el síndrome de Stendhal, pues Holden Caulfield, narrador y protagonista de esta historia, bien podría perfectamente prestar su nombre a ese sentimiento de emoción extrema que él mismo experimenta ante un acto de verdadera bondad, más si proviene de un niño, pues no se puede dudar de la sincera bondad de un niño bondadoso (Salinger subestima la mala baba de los niños tanto como sobrevalora su felicidad). Un síndrome que tiene su cruz en el sentimiento contrario que experimenta al ser testigo de la hipocresía, el fingimiento y la petulancia con la que actúan los adultos en su mundo insustancial y egoísta.

“Me paso el día imponiéndome límites que luego cruzo todo el tiempo.”

Y entre esa niñez y esa adultez anda Holden, expulsado nuevamente de un colegio, cabreado con su hermano mayor por haberse vendido al cine de Hollywood y abatido por la muerte de su hermano Allie, “el muchacho más simpático, inteligente y entrañable del mundo”. Tampoco es que esté muy contento de sí mismo, condición más que suficiente para odiar a todos, aunque no soporte estar solo, y hasta para dudar de sus propias intenciones, por muy buenas que estas sean.

“… si de verdad te pones a defender a tíos inocentes, ¿cómo sabes que lo haces porque quieres salvarles la vida, o porque quieres que todos te consideren un abogado estupendo y te den palmaditas en la espalda y te feliciten los periodistas cuando acaba el juicio como pasa en toda esa imbecilidad de películas? ¿Cómo sabes tú mismo que no te estás mintiendo? Eso es lo malo, que nunca llegas a saberlo.”

Holden encarna como nadie al adolescente que no sabe quién es ni dónde encaja, que descubre un mundo, el de los adultos, que no le gusta y, lo que es peor, que no tiene solución.

“Eso es lo malo. Que no hay forma de dar con un sitio tranquilo porque no existe. Cuando te crees que por fin lo has encontrado, te encuentras con que alguien ha escrito un joder en la pared… aunque dedicara uno a eso un millón de años, nunca sería capaz de borrar todos los joder del mundo. Sería imposible.”

Holden es un Peter Pan que solo se siente a gusto entre niños, encarnados en su hermana Phoebe, a cuya protección frente a ese mundo horrible que está descubriendo dedicaría su vida.

“¿Sabes que me gustaría ser? (…) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos. Quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Solo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que caigan por él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Yo sería el guardián entre el centeno

Holden puede ser muy dulce, divertido, considerado, pero también un tocapelotas capaz de llamarte por teléfono a cualquier hora, de despertarte en mitad de la noche, de rondar incesantemente a tu alrededor como una mosca cojonera o, sin conocerte, de abordarte abusivamente con un desparpajo impropio de su edad. Es cobarde, mentiroso, bebe mucho, fuma más, querría follar, no solo follar, no aguanta halagos, todo le suena a falso, todo y todos le deprimen, todo el mundo es hipócrita, todo le saca de quicio o le fastidia o le revienta, todos son cretinos que no saben apreciar lo bueno y que se vuelven locos por lo malo… y al mismo tiempo, puede sentir una lástima insoportable por toda esa gente o echar de menos al más cretino de sus amigos al poco de separarse de él.

“…había como un millón de chicas esperando a su pareja: chicas con las piernas cruzadas, chicas con piernas preciosas, chicas con piernas horrorosas, chicas que parecían estupendas, y chicas que debían ser unas brujas si de verdad se las llegaba a conocer bien. Era un bonito panorama, pero no sé si me entenderán lo que quiero decir. Aunque por otra parte era también bastante deprimente porque uno no podía dejar de preguntarse qué sería de todas ellas. Me refiero a cuando salieran del colegio y la universidad. La mayoría se casarían con cretinos, tipos de esos que se pasan el día hablando de cuántos kilómetros pueden sacarle a un litro de gasolina, tipos que se enfadan como niños cuando pierden al golf o a algún juego tan estúpido como el ping-pong, tipos mala gente de verdad, tipos que en su vida han leído un libro, tipos aburridos..."

El libro es divertido, tanto como tierno y conmovedor, su lenguaje es muy fresco, directo y sencillo demostrando que la claridad de la prosa no está reñida con la complejidad de lo expuesto. Todos (casi) podemos recordar sentimientos parecidos, experimentar el síndrome Caulfield en algún momento, reconocernos en las peripecias de este inolvidable Holden Caulfield, que, por ello mismo, desde su aparición es el gran arquetipo del adolescente atormentado.
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Peter18
 18 September 2022
Me adentré en esta historia con pocas expectativas porque ya había leído antes un libro “retelling” de este y esperaba algo muy similar, pero me equivocaba. Fue una lectura que valió totalmente la pena.

El libro narra en primera persona, casi como un diario, la vida o, mejor dicho, un momento complicado en la vida de Holden Caulfield un joven de 17 años que ha sido expulsado, una vez más, del colegio o internado en el que se encontraba.

Teniendo casi la misma edad que Holden (creo que él tiene 17 y yo un año más), me identifiqué mucho con él, hasta me dio miedo por eso. Porque el chico está super deprimido y tiene un punto de vista del mundo muy triste y pesimista. siente demasiado y odia a todo el mundo, en especial a los adultos. Tiene miedo de crecer y no le gusta lo falso y lo superficial. Quizás las personas que nunca se hayan sentido así no lo comprenden demasiado y piensan que sus actitudes son raras o quizá insoportables. Gran parte del libro me la pase deprimiéndome porque la manera en la que él se siente perdido en el mundo, que por más que intente no logre conectar con nadie, es como yo me siento la gran mayoría de las veces.
Aunque vengamos de distintas épocas, contextos, y experiencias de vida me siento muy cercano a él. Me fue muy difícil despegarme de su mente después de terminar el libro porque lo que le pasa a Holden en cierta manera me pasó a mí. Se lo que se siente no querer crecer, no querer ser un adulto con millones de responsabilidades, y odiar a todo el mundo, sobre todo aquellos que pretenden ser alguien que no son tras una máscara.

Creo que en esta etapa de mi vida necesitaba este libro, siento que si lo leía de más pequeño o más grande no habría entendido un pepino lo que quería decir este muchacho y lo hubiera odiado, como muchos lo odian.
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Eldesvandellector
 15 September 2021
Adolescencia. Menuda etapa, ¿verdad? Cómo decían las abuelas (y gracias a Rubén Darío): “Juventud, divino tesoro”. Bueno, depende. La adolescencia es una etapa por la que todos pasamos, y puede ser muy bonita y memorable, o puede estar llena de incertidumbre, incomprensión, rebeldía y descontento con el mundo.

Este último caso es el de nuestro protagonista, Holden Caulfield, un adolescente perdido, un chico que analiza de manera fría, y realista la sociedad y que tiene miedo al cambio que le espera, a madurar y pasar a la vida adulta. Este cambio para algunos puede ser como saltar un pequeño charco, pero para Holden es, sin duda, como cruzar un océano en el que no ve tierra firme en el horizonte.

La trama no nos cuenta nada impresionante, es más, me aventuraría a decir que en el libro no pasa absolutamente nada destacable, pero como pasa en muchas historias, la cuestión no está en lo que se cuenta, si no en como se cuenta. El libro recoge las vivencias de Holden durante varios días, eso sí, viviendo lo que parece ser la vida de un adulto, algo que me pareció muy curioso. Durante esos días Holden analiza de manera precisa a las personas con las que se encuentra, sin tener piedad con nadie, ni siquiera con él mismo.

A ratos con una visión madura de la vida, y a otros con un idealismo propio de la juventud más primaria, Holden se mueve por las calles de Nueva York de finales de los 40's, dándose de bruces con la realidad y a veces intentando evadirla de una manera demasiado utópica.
¿Se enfrentará al enorme cambio que le espera de manera inevitable o se refugiará en una adolescencia eterna huyendo del mundo y construyéndose un idílico paraíso donde nada pueda hacerle daño? La respuesta a esta pregunta está dentro de las páginas de este libro, y puede ser interpretada de diversas maneras, eso queda en manos del lector o lectora. Pero sin duda, es un libro que recomiendo leer al menos una vez en la vida, porque en mayor o menor medida, todos hemos sido alguna vez Holden Caulfield.
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Roseta
 03 April 2020
Inquieta. Así me he sentido leyendo esta novela. Llevaba tiempo sin notar esa angustia, esa sensación invadiendo mi cuerpo. Ha sido como una espiral en la que me iba envolviendo yo sola mientras leía. Nada hacía predecir eso que mi cabeza creía y mi corazón negaba; pero ahí estaban, una y otra peleando. Lo cierto es que esa sensación me invadió a mitad de novela. En la primera mitad, simplemente estaba convencida de que me gustaría poder hablar como lo hace el personaje, de no callarme ni una sola de todas las frases que dice. Él es esa personaje que lo cuestiona todo sin pensar demasiado en las consecuencias. O tal vez sí, pero las asume. Acepta que no va a permitirse asumir lo que los demás le marquen si no es lo que él quiere. El problema, casi en esa mitad, es que no siempre es posible y que, a veces, las consecuencias de esas decisiones no te arrastran solo a ti. Creo que el personaje lo descubre, tarde; solo cuando ve que hay alguien que lo ama con locura y que es capaz de seguirle en esa vorágine que solo él entiende.
Por eso, tal vez, decide que es mejor dar un paso atrás. ¿Es mejor? La solución final, la de los adultos, es no aceptar que Holden es sincero, con lo que siente, con lo que quiere. Ojalá los adultos recordáramos más a menudo lo que dijimos, sentimos, pensamos cuando éramos niños, adolescentes rebeldes. Quizá, así, habría otro final, otro lugar en el que nuestro protagonista se sintiera tranquilo.
Leí esta novela hace treinta años. Recordaba que ese libro lo tenía en la estantería como uno de esos que me marcó. ¿Qué recordaba? Nada. Que me había gustado mucho en su momento. Una sensación de que es una de esas novelas que hay que leer. No quise dejar pasar este tiempo de calma para volver a él, para revivir sentimientos. Creo que esta lectura no se parece en nada a la que hice cuando, casi adolescente, me obligaron a leerla en el instituto. Me da que por aquel entonces me sentía identificada con ese chico, poco más. Ahora, con el paso de los años, no es que me sienta identificada, es que siento envidia de las cosas que somos capaces de decir cuando la edad nos lo permite; y me siento traicionada (por mí misma) al ver que hacerse mayor implica callar quién sabe qué sentimientos.
Cada frase me ha impregnado el cuerpo de literatura; una escritura, quizá extraña, pero valiente. Escrita en segunda persona te increpa desde el primer renglón. El tú te obliga a estar, o no, con el personaje. A seguirle, a desear que alguien le entienda, que comprendan que él es así y que mentir, asumir que “lo normal” no es lo que hay que aceptar, que tal vez no es tan aconsejable. Esta novela increpa a una sociedad, a los jóvenes, a los adultos, a los profesores, a los alumnos. Una novela de crítica social que te deja, dicho coloquialmente, muy tocada.
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PlanetaSingular
 10 March 2018
El Guardián Entre el Centeno es un libro escrito por el autor J. D. Salinger en el año 1951. Este libro ha alcanzado una gran fama debido a que muchos de los asesinatos más sonados, como el de John Lennon, fueron realizados por personas que actuaban en su nombre o habían leído recientemente el libro y se veían reflejados en el protagonista, Holden Caulfield.
Entiendo que se trate de un libro que ha marcado la vida de cientos de personas, sobretodo de jóvenes, porque es muy fácil sentirse identificado en temas como el miedo a crecer, a hacernos mayores y a tener que tomar decisiones que nos asustan.

El libro narra en primera persona un fragmento de la vida de Holden Caulfield, un joven de 16 años que ha sido expulsado (una vez más) del colegio en el que se encontraba, Pency. Tras una pelea con su compañero de habitación, Holden decide irse de allí antes de tiempo, pero se encuentra ante la situación de que no puede ir a su propia casa, ya que sus padres desconocen que ha sido expulsado. A partir de aquí, el protagonista vivirá una serie de situaciones de lo más peculiares y cargadas de alegoría.

Es un libro en el que no hay acción y en el que continuamente se espera que suceda algo que de un giro a la trama y lo saque de la monotonía. Da la sensación de que el autor sólo cuenta una sucesión de acontecimientos sin ningún motivo aparente, pero lo cierto es que está lleno de simbolismo. Por un lado tenemos la gorra roja de cazador, que para mí significa esas ganas que tienen los adolescentes de destacar y ser diferentes, pero al mismo tiempo de pertenecer al grupo de iguales. Holden se la pone cuando está solo para sentirse diferente y se la quita cuando está con gente por temor a ser juzgado. También encontramos la escena en la que visita el Museo de Historia Natural, en el que se da cuenta de que todo lo que está allí permanece intacto, como si no pasara el tiempo; mientras que son las personas que allí acuden las que cambian. En este sentido, Holden tiene miedo a este cambio, a hacerse mayor, a madurar.

En cuanto al protagonista, es un personaje que se lleva hasta el extremo, resultando a veces incluso caricaturesco. Sin embargo, está muy bien desarrollado desde todas las perspectivas y emociones posibles. Su vida se ve marcada por la muerte de un ser muy querido para él, y descubrimos también que se siente el peor de sus hermanos. Constantemente habla de sí mismo con negatividad, mientras que de ellos habla muy bien. Esto sucede normalmente con los hermanos intermedios, ya que sienten que sus padres prestan más atención al hermano mayor, por ser el primero; o al hermano menor, por ser el más pequeño.

Por lo que respecta al estilo, el libro está escrito con un lenguaje muy adolescente, lo que facilita la conexión con el protagonista. Teniendo en cuenta la fecha en la que fue escrito, entre los años 40 y los años 50, es más sencillo entender por qué este libro tuvo tantísima repercusión. Que un adolescente de 16 años hable de drogas, alcohol, sexo o prostitución, no sería plato de buen gusto para la sociedad de aquella época.

Como conclusión, El Guardián Entre El Centeno es un libro que recomiendo totalmente para cualquier edad, pero concretamente, creo que los adolescentes son el objetivo principal del libro. Para un adulto será más difícil verse reflejado, sin embargo, puede que le traiga recuerdos de su adolescencia. El lector también ha de tener en cuenta que no se trata de un libro con giros en la trama o con un argumento sorprendente.
Enlace: http://miplanetasingular.blo..
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Paumar
 05 December 2022
Únicamente por pura curiosidad me puse a buscar en qué género literario estaba catalogado este libro... En mi búsqueda aparecieron varias páginas y en todas ellas "El guardián entre el centeno" estaba clasificado en varias categorías... de todos los géneros que encontré, el que más me ha sorprendido es el de "literatura juvenil". ¿Esto quiere decir que es un libro para adolescentes?... Quizás me equivoque, pero... Tengo una hija y un hijo de 14 y 12 años respectivamente, si les doy este libro a leer, después de las 10 primeras páginas (y creo que soy muy optimista) me lo tiran a la cabeza.

La verdad es que encontrarlo en varias categorías no me sorprendió, creo que es lo que esperaba, y es que, bajo mi punto de vista, "El guardián entre el centeno" es inclasificable... Es un género en si mismo... No tiene parangón... Además, como todo gran clásico, cumple la regla básica, o te gusta mucho o no te gusta nada. Si alguien me preguntara: ¿De qué va?... Solo podría contestar: de nada que no te haga sentir.

J. D. Salinger siguió escribiendo después de este libro, pero no llegó a publicar nada más por decisión propia... ¿Por qué?... Creo que Salinger necesitaba escribir este libro y sacar todo lo que tenía dentro, nos enseña tanto de él mismo que, después de esto, pensó que ya no le quedaba nada más que darnos... Una pena...

Podéis ver la película "Rebelde entre el centeno". En ella encontraréis la vida de J. D. Salinger y como llegó a escribir este libro. A mí me maravilló ver como algo que yo había imaginado se podía parecer tanto a la realidad, y es que la voz del protagonista (doblaje español) y las formas son las que yo tenía en mi cabeza al leer el libro.

Hay momentos en la vida que te predisponen para algo, hay un momento especial para leer según que libro... Yo leí "El guardián entre el centeno" postrado en la cama de un hospital... Pasaron muchas cosas el tiempo que estuve allí... Yo solo recuerdo que entré, "El Guardián" y que salí...

¿Lo recomiendo?... ¿ Te sientes joven? 😉
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erasibanez
 01 July 2018
Me han dicho que esta novela es el clásico ejemplo de "lo amas o lo odias" y aun no sé en cuál ponerme, pero creo que tiendo a inclinarme para el lado de los que no le gustó tanto. Pero aun así tuvo sus momentos. Por eso la puntuación tan neutral.
Entiendo lo que Sallinger quiso hacer, retratar la adolescencia con sus contradicciones, sus crisis existenciales y demás pero me costó mucho conectar con Holden... no sé, me puse a pensar y hacer memoria y jamás he conocido en la vida real a un adolescente tan patético. No sé si son realidades diferentes a la mía, si tendrá algo que ver con el contexto histórico y geográfico, o qué... pero a esta altura se me fueron las ganas de ahondar en detalles, quizás más adelante, de acá a unos años si hago una relectura. Además, la prosa era repetitiva hasta el hartazgo, te sacaba de ritmo.
En resumen puedo decir que, dentro de todo, disfruté conociendo al personaje. Sí, es un insufrible de mierda, pero agradezco haberlo leído de grande, cosa de tener una amplitud de criterio y poder entender "qué es lo que pasa acá, qué se quiere mostrar". Si lo hubiera leído a los 16 años lo hubiera prendido fuego.
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BelReMo
 25 November 2022
Cuando estaba leyendo este libro, a veces me preguntaba si lo tendría que haber leído con la misma edad, o aproximada, que su protagonista para encontrarle más sentido. Como persona adulta, no deja de ser una "travesura" de un adolescente de 16 años que no sabe qué hacer con su vida. Es la edad conflictiva. Es posible que durante los días que anda solo por Nueva York y padece las experiencias que ya sabemos le ocurren dos cosas: descubre el mundo de los adultos y le sirve al mismo tiempo para descubrir que quiere hacer, a que le gustaría dedicarse. El final, sobre todo, me gusta. Es muy tierno.
Enlace: https://belnotas.blogspot.com/
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Anaile
 17 April 2023
Cuando empecé a leer el libro iba con miedo 😨 ya que se le atribuye a varios asesinatos. Quien mato a Jhon Lennon tenía este libro en las manos al igual que inspiró a dos asesinos más.

Pero sorprendentemente escala a la posición de mis libros preferidos, tanto que he corrido para compralo en papel, sin duda una gran obra en la que me indentidique en muchas ocasiones.

Unos de los temas que vemos aquí es la hipocresía que hay en la sociedad y un tema súper importante que no se debe dejar de la lado, la salud mental.

Holden lucha con una depresión en una sociedad falsa e hipócrita. Es un personaje, único y sincero que odia todo o casi todo. Es un chico infeliz que vive en la continua tristeza ante un mundo falso. También descubriremos el amor platónico el que idealiza a una persona y ve qué ante esa persona los demás no valen

Un libro triste, pero que te sacará más de una risa y que me ha hecho pensar y donde el autor en ocasiones jugó con mi mente demostrandome que las apariencias engañan.

Es una lectura fresca, amena, triste en ocasiones, sincera y verdadera que recomiendo mucho.

Y lo que significa para Holden ser el guardián entre el centeno me pareció precioso.
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