Salinger es la personificación de la adolescencia. En él encontramos esa adultez degradada y aburrida contrapuesta con la vida que apenas está en sus primeros pasos, esa que explora y se pregunta desde la novedad. Salinger es la simpleza dificultosa. Tengo que decir que el famoso director de cine Tarantino es un salingeriano. El diálogo como construcción del personaje es la marca del estilo de ambos. No cabe duda que Tarantino leyó a Salinger, pero dudo que Salinger gustara del cine de Tarantino. Esta novela es una travesía. Es la travesía de un adolescente expulsado del colegio que en un fin de semana no quiere hacer nada y, sin embargo, todo lo acciona. Cada capítulo es una aventura, un encuentro, un diálogo, un lugar... Por favor, no busquen algo extraordinario en la novela; TODO lo es allí. Sólo hay que saber mirar. |