Que la vida no dé tantas vueltas que me mareo

Ya hacía mucho tiempo que no leía a Olga Salar y de nuevo tenía ganas. Me sigue gustando tanto como de antes, o más :).
Sigue teniendo una manera de escribir que provoca adicción cuando empiezas sus libros, y ese toque de gracia y amor que encontramos en cada una de sus novelas hace que se nos despierten muchas emociones mientras leemos.
"Que la vida no dé tantas vueltas que me mareo" es una novela ligera, divertida, fresca y que nos deja con ganas de más. La he leído en un santiamén que cuando he acabado me he quedado pensando "¿¿¿ya???", por que me ha resultado corta y es una pena.
Es de esas novelas entretenidas, que se leen muy cómodamente y que en ningún momento provoca que no tengamos ganas de seguir con ellas, al contrario: amenizan cualquier rato de espera que podamos tener en el bus, médico, o antes de dormir para relajarnos.
En esta novela Olga Salar nos presenta a Lorena, una abogada que nada más empezar el libro nos provoca una carcajada por el encuentro que tiene con Julián, nuestro otro protagonista, que además es policía.
Pero ese no va a ser el único encuentro inesperado que tengan, y es que Lorena se ve incluida de lleno en una investigación policial, y mal que le pese, va a tener que pasar tiempo al lado de Julián.
Quizá me ha faltado que Julián tuviese algo más de chicha, le he visto un poco soso, o plano, pero por lo demás me ha gustado mucho.
El resto de personajes son también importantes, y algo gira entorno a Susana y Marcos, que podremos leer en la siguiente novela "Que se pare el mundo que me bajo", lo cual para quienes nos hemos quedado con ganas de más es genial.
No hay mucha acción ni sobresaltos, pero eso no hace que pierda calidad en ningún momento.