Un clásico excepcional, una lectura para niños y adultos que todo el mundo debería leer. Es una historia sencilla, pero a la vez te hace pensar en la filosofía de la vida, y cuestionarte cuánto cambia realmente una persona al convertirse en adulto. Las aventuras que ocurren son contadas desde el punto de vista de un niño, y aunque son sencillos relatos, son realmente fantásticos. Debo admitir que la primera vez que leí esta obra tenía 12 años, y aunque me gustó, fue ahora en la segunda lectura cuando realmente aprecié la magnitud de ésta hermosa obra. |