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Damián Alou Ramis (Traductor)
ISBN : 843396688X
408 páginas
Editorial: Editorial Anagrama (30/06/2001)

Calificación promedio : 4.12/5 (sobre 8 calificaciones)
Resumen:
Considerado uno de los grandes escritores clínicos del siglo, Oliver Sacks nos presenta en este libro siete casos neurológicos que constituyen una profunda reflexión sobre la esencia de la identidad y los mecanismos del conocimiento.
Un pintor que tras un accidente de coche deja de ver el color; un cirujano cuyos continuos tics y convulsiones sólo remiten cuando opera o pilota su aeroplano; un hombre que tras toda una vida de ceguera recupera la vista sólo pa... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (3) Añadir una crítica
Gww
 27 February 2024
Como un antropólogo en Marte es como describe su experiencia de la vida Temple, la autista del último capítulo de este libro de Oliver Sacks. Temple es un ejemplo de autista altamente funcional que ha superado gracias, entre otras cosas, al lenguaje y su esfuerzo denodado, la terrible triple carencia que asfixia a otros autistas (carencias sociales, comunicativas e imaginativas). Ha logrado desarrollar una brillante carrera profesional a través de su trabajo de investigación en materia de ganado, convirtiéndose en asesora de numerosos proyectos pioneros en todo el mundo, dando clases en la Universidad, escribiendo innumerables ensayos, dando conferencias y dedicando el tiempo que le queda a estudiar el fenómeno del autismo, a escribir sobre él (su libro más importante al respecto es su propia autobiografía) y dar charlas sobre el autismo. Pese a este tremendo éxito, Temple vive incapaz de asumir los sentimientos ajenos, no maneja correctamente el lenguaje irónico, no es capaz de valorar conceptos como "espiritualidad, belleza, amor".
Ha creado una fachada que le permite pasar por uno más, a costa del tremendo esfuerzo de "aprender" comportamientos sociales que observa e imita. Esta extrañeza ante el mundo es lo que la convierte en un antropólogo en Marte.


En la misma situación se encuentra el autor, Oliver Sacks que contempla y nos relata con asombro y cariño las tremendas historias que conforman este volumen y que, al igual que ocurre en El hombre que confundía a su mujer con un sombrero, nos enfrentan a un mundo sobrecogedor del que apenas podemos atisbar una sombra gracias a divulgadores como Sacks.


Las historias de Un antropólogo en Marte vuelven a recoger casos clínicos realmente sorprendentes sin perder nunca la perspectiva humana. El autor acude a casa de los protagonistas, convive con ellos y de ellos aprende que, en muchas ocasiones, lo que parece una grave "deficiencia" no es más que una forma diferente de ser, de comprender o percibir el mundo. ¿De poder superar el autismo, Temple aceptaría la propuesta? La respuesta clara y directa de la bióloga es inmediata: No. No está dispuesta a renunciar a las “ventajas” de su autismo (capacidad de análisis, dedicación a su trabajo, pensamiento visual, retentiva, etc) a cambio de unas aptitudes que parece no necesitar.


Paradójico resulta también el caso del pintor que, tras un leve accidente de tráfico, pierde la percepción del color. Este pintor, cuya obra se basaba en el extenso uso de colores brillantes, reconstruye su vida y obra, sobre el blanco y negro. Sus cuadros ganan fuerza y expresividad y su ambiente social pasa a ser el nocturno dado que la luz del sol le molesta y dificulta la visión. El proceso de adaptación a las nuevas circunstancias es largo y no está exento de dificultades, de pruebas y errores, pero finalmente le conduce a un nuevo equilibrio que le permite sacar partido a una grave incapacidad. ¿Cabe definir su percepción como atrofiada o anormal?¿Desearía volver a ver el color? Nuevamente la respuesta es clara: No.


Otro pintor en apuros es Magnani quien abandonó de niño el pueblo de la Toscana en el que había nacido y en el que su padre había fallecido dejando a su madre abandonada con todos sus hijos por criar. Magnani "congeló" el pueblo de su infancia y lo guardó en su memoria tal cuál quedó a finales de los años 40 con una precisión tal que sus cuadros (cuyo único tema es Pontito) pueden ser vistos como fotografías, reproduciendo detalles nimios con fiel precisión. Su cerebro "vive" en Pontito de modo que, cuando está ante un lienzo, incluso gira la cabeza para poder ver lo que hay a los lados del camino que está pintando. Magnani hace girar toda su vida sobre Pontito al igual que hace su obra pese a no haberlo visitado en decenios. Cuando finalmente acude al pueblo en dos ocasiones, sufre un choque tremendo dado que el pueblo ha seguido el curso de la historia, a diferencia de lo que ocurre con los cuadros que lo representan, y la realidad lucha por abrirse paso. Después de un parón en su obra, Magnani vuelve a pintar como lo hacía antes, añadiendo algún nuevo detalle que ha visto en sus visitas (por ejemplo una antena de televisión, un poste de electricidad) pero dejando la esencia de "su pueblo" intacta, su cerebro se ha impuesto a la realidad.


El último hippie es incapaz de vivir más allá de los primeros años 70, su mundo quedó congelado en aquella época en la que comenzaron sus mareos y fiebres y en que los Grateful Dead eran el grupo de moda en la Costa Oeste con todos sus miembros al completo, mientras para el resto del mundo son recuerdo de una época muerta, al igual que varios de sus integrantes. Greg parece comportarse como las personas lobotomizadas de los años 40 y 50, sin impulsos propios, totalmente ausente y pasivo. Sin embargo, al primer estímulo (unas palabras que se le dirijan, música que suene al fondo de la sala) se convierte en una persona expansiva, atenta y conversadora, aunque anclada en los 70. ¿Sería más feliz en su vida sabiendo que los Dead dejaron de ser lo que representaron para él? Greg no está en disposición de contestar por sí mismo a esta pregunta pero adivinamos la respuesta.


Bennet padece el síndrome de Tourette, una afección neurológica que reduce al individuo a una serie de tics gestuales, orales y de todo tipo que parecen hacer imposible una vida sosegada. Sin embargo, Bennett está felizmente casado, conduce un coche, pilota una pequeña avioneta, da clases en la universidad local y es el cirujano de mayor prestigio en todo su hospital. En las reuniones semanales con sus colegas alarga los brazos hacia el techo, estira las piernas de manera compulsiva, lleva la cabeza hacia el suelo mientras sus hombros se agitan pero su opinión es respetada y nadie parece sorprenderse de su comportamiento. Para poder estudiar y preparar las operaciones más complejas debe consultar sus libros de medicina sentado en una bicicleta estática preparada a tal efecto mientras fuma en pipa. La realización de movimientos mecánicos y rítmicos parece concederle un poco de paz para poder leer sin que su cabeza salte a otra parte. ¿Renunciaría a todo lo que ha conseguido a cambio de perder esas "pequeñas rarezas" como las define su feliz esposa? Seguramente no.


La adaptación no siempre resulta feliz y en ocasiones fracasa. Virgil fue operado de cataratas con más de 40 años tras haber vivido sin visión prácticamente desde los 6 años. Su vida era estable, a punto de casarse, trabajaba como masajista para la YMCA que, al tiempo, le facilitaba una casa, había aprendido a leer en Braille y era autónomo. Su cerebro había hiperdesarrollado el tacto ocupando parte de las zonas que correspondían a la visión. Tras las operación Virgil no logró ver correctamente ni dar coherencia al mundo que se le presentaba ante sus ojos. Incapaz de comprender que la conjunción de dos ojos, una nariz y una boca eran una cara, o de tener una visión tridimensional que le permitiera distinguir qué objeto está cerca, cuál lejos, etc, acabó retornando a su mundo de tinieblas con graves problemas de autoestima y una creciente frustración. Problemas de salud previos (peso excesivo, presión arterial, ...) agravados por su desánimo acabaron por poner punto y final a su vida sin que su cerebro pudiera "recuperarse" de los años que había vivido ciego.


El cerebro es en ocasiones capaz de utilizar sus recursos libres concentrándolos en una determinada aptitud. La capacidad memorística o la habilidad de cálculo más prodigiosa son características comunes a muchos savants generalmente despreciados como espectáculos circenses. Stephen es un niño incapaz de comunicarse pero con unas dotes especiales para el dibujo que suscita interés y se ve alentado a desarrollar una brillante carrera con la publicación de varios libros de dibujos y viajes alrededor del mundo en busca de temas para sus ilustraciones. Stephen es capaz de "atrapar" el estilo de Matisse y hacerlo suyo. No copia los originales, asume su estilo y le agrega el suyo propio. Incluso se aprecia cierta ironía en sus retratos que, sin embargo, no es capaz de transmitir en su vida cotidiana, circunscrito a su condición de adolescente asocial con los conflictos y represiones que ello supone. ¿Tiene capacidad de empatizar o de sentir apego por las personas?¿Siente verdadero aprecio por quienes se esfuerzan por atenderle?¿El contacto social podrá modelar su cerebro para dotarle de cierta capacidad de sentimientos?


Éstas son las historias que nos presenta Sacks y éstas las cuestiones a las que, en ocasiones responde, y en otras deja para futuras investigaciones o para la simple especulación. Una idea subyace, nuestra concepción de integridad y plenitud, de normalidad, determinan lo que, a sensu contrario, es anormal o deficiente. Los personajes de este libro nos hacen ver que no ser réplicas de nuestro modelo no las hace imperfectas, minusválidas o incapaces. Como un antropólogo, deberíamos abstenernos de juzgar con nuestros prejuicios y etnocentrismo. Este libro es un estupendo antídoto contra esa amenaza y un ejercicio para conocer mejor a nuestros semejantes o a nosotros mismos.
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EmilianoPD
 01 December 2021
Creo en la diosa JM cuando dice "love is touching souls". Oliver Sacks llegaba a lo más profundo a la mente de sus pacientes, a su yo más íntimo por su amor, su certera empatía.

Con una base aguda, científica, certera como un bisturí, Sacks (de quién recomiendo con fervor la lectura de sus libros de memorias El tío Tungsteno y En movimiento: una vida) nos da a conocer en el sentido más fiel del término las vidas de afectados por trastornos neurológicos como el autismo, síndrome de Tourette, ceguera al color, memoria eidética... Vive con ellos, los acompaña en sus viajes, los visita en sus lugares de trabajo, vuela en un aeroplano que pilota un inolvidable cirujano con Tourette, o se hace pasar por técnico sanitario en un matadero con la colaboración de una portentosa "antropóloga en Marte". ¡Tantas vidas, tanta riqueza! La naturaleza humana tiene más imaginación de la que somos capaces de suponer, y este libro nos hace partícipes de unas cuantas "galaxias de neuronas" más.

Recorriendo estas semblanzas, picoteando las abundantes y sugerentes notas, dejándonos llevar por el ameno entusiasmo de Sacks terminamos la lectura siendo mucho más sabios, más humanos.
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MrWonderBook
 22 January 2022
Como en anteriores ocasiones, he leído este libro gracias a las lecturas conjuntas que organiza Lecturas en la tribu. A veces descubres títulos que quizás por tu cuenta nunca hubieras comprado. Os adelanto ya, que me he llevado una grata sorpresa con este título y un autor que hasta ahora para mi, había sido desconocido.
Normalmente y la mayoría de reseñas que podéis ver por aquí se trata de novelas; esta vez cambio de registro, se trata de un libro donde aborda un tema tan importante como es la neurociencia, mas precisamente, siete casos de pacientes con afecciones neurológicas que han conseguido un uso creativo de sus problemas cognitivos. El autor, se adentra en sus vidas para entender y desgranar cada caso, todo ello contado de una forma narrativa y accesible al público general, sin conceptos demasiados científicos. Oliver Sacks es neurólogo y pasó mucho tiempo con cada una de estas personas en sus hogares y en su entorno.
A lo largo de los capítulos se pueden ver casos como el de un pintor sufre una lesión cerebral que le impide ver los colores y, tras un período de depresión, empieza a apreciar su nueva forma de ver y a reproducirla en arte en blanco y negro. Finalmente acepta su condición y no quiere intentar revertirla.
Otro curioso caso es el del cirujano con síndrome de Tourrette. Su cuerpo reacciona con numerosos y extraños tics. Es difícil imaginar un cirujano con dichos movimientos involuntarios, pero es tal la concentración que le pone, que durante las operaciones es como si no tuviera el síndrome. El autor nos cuenta que además, esta persona en sus ratos libres es piloto y es capaz también de manejar un avión.
En otro de sus capítulos, analiza a un joven niño con autismo, que con tan solo 12 años, tiene un talento artístico único. Es capaz de captar una escena en unos segundos y luego dibujarla con un alto detalle.
Estos son solo algunos de los curiosos casos que te puedes encontrar en este brillante libro.
Todos los pacientes que se describen tienen algo en común, la adaptabilidad humana. Personas que se les podría definir como discapacitadas pero que se adaptan de tal forma a la situación que lo convierten en una especie de regalo, convirtiendo su patología en ventaja, en lugar de obstaculizar su vida.
Poco más puedo decir de este atractivo y educativo libro, que me ha recordado al autor que tanto me gustaba leer, Eduard Punset, en el que habla sobre casos científicos. Un libro muy recomendado para todos los públicos, sin demasiados tecnicismos.
Enlace: https://www.mrwonderbook.com..
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Citas y frases (13) Ver más Añadir cita
PaseadoradelibrosPaseadoradelibros09 November 2021
"Se sentía claramente destrozado por la muerte de su padre; no mostró frivolidad, ni ligereza, en ese momento. ¿Pero sería capaz de llorarle? El duelo requiere que uno retenga en la mente la idea de pérdida, y no estaba nada claro que Greg fuera capaz de hacerlo. De hecho uno podía decirle una y otra vez que su padre había muerto. Y cada vez era para él algo terrible y nuevo, y le causaba inconmensurable pesar. Pero a los pocos minutos se le olvidaba y volvía a estar alegre, lo que le evitaba tener que pasar por la labor de la aflicción, del duelo." ('El último hippie', Pág.102).
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PaseadoradelibrosPaseadoradelibros09 November 2021
"De manera parecida, en la Segunda Guerra Mundial, las personas que padecían daltonismo severo fueron utilizadas en los bombardeos, debido a su capacidad de 'ver a través' de los camuflajes de colores sin que las distrajera lo que, para una persona de vista normal, habría sido una configuración de colores confusa y engañosa. Un veterano del Pacífico informa que lis soldados daltónicos eran indispensables para detectar el movimiento de tropas camufladas en la jungla." ('El caso del pintor ciego al color', Pág.63).
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EmilianoPDEmilianoPD01 December 2021
Para mí, como médico, la riqueza de la naturaleza debe estudiarse dentro del fenómeno de la curación y la enfermedad, dentro de las infinitas formas de la adaptación individual mediante la cual los organismos humanos, la gente, se adaptan y se readaptan al enfrentarse a los retos y vicisitudes de la vida.
En este sentido hay defectos, enfermedades y trastornos que pueden desempeñar un papel paradójico, revelando capacidades, desarrollos, evoluciones, formas de vida latentes, que podrían no ser vistos nunca, o ni siquiera imaginados en ausencia de aquéllos. Es la paradoja de la enfermedad, en este sentido, su potencial «creativo», lo que constituye el tema central de este libro.
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PaseadoradelibrosPaseadoradelibros09 November 2021
"Pero cuando Virgil abrió su ojo, tras estar ciego durante cuarenta y cinco años [...], no había recuerdos visuales que sustentaran su percepción; carecía del mundo de la experiencia y del significado. Veía, pero lo que veía no tenía coherencia. La retina y el nervio óptico estaban activos, transmitían impulsos, pero el cerebro no les encontraba sentido." ('Ver y no ver', Pág.152).
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PaseadoradelibrosPaseadoradelibros09 November 2021
🏷"Necesita una pequeña operación. Le recomiendo al doctor Bennet, es un cirujano maravilloso. Tengo que decirle que a veces hace extraños movimientos y emite sonidos curiosos. Padece de una enfermedad llamada síndrome de Tourette, pero no se preocupe, no tiene importancia. Nunca afecta a su trabajo de cirujano".('Vida de un cirujano', Pág.126).
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Videos de Oliver Sacks (4) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Oliver Sacks
'Un antropólogo en Marte' de Oliver Sacks, narrado por Luis García Márquez. Siete casos neurológicos que constituyen una profunda reflexión sobre la esencia de la identidad y los mecanismos del conocimiento.
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