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Vengo con un libro de literatura juvenil, muy entretenido, de los que parecen traer moraleja… pero nada más lejos. Es una bonita historia de amistad, no necesariamente para críos, que nos mantiene enganchados desde el principio. Gran parte de la acción transcurre en el Campamento Lago Verde; dicho lugar era hace años un paraje precioso, con un gran lago… ahora es el lugar donde llevar a los niños que se portan mal. Nuestro protagonista, Stanley Yelnats, llega al Campamento por accidente, pues realmente no ha sido el culpable del delito que se le acusa. Los críos que van a parar ahí –que, dicho sea de paso, ya ni hay lago ni nada de nada- llegan con la finalidad de pensar en lo que han hecho mal e intentar cambiar, y deben entender que están ahí sólo por su culpa, deben madurar. Para ello, han de cavar un hoyo todos los días que dure su estancia en el Campamento; el hoyo ha de tener el alto y ancho de su pala, y contra más rápido caven, más tiempo libre tendrán a lo largo del día. Tan sólo es necesario saber un par de cosas: la primera es que si encuentran algo interesante, deben enseñárselo al Señor Sir o al Señor Peraski (encargado y monitor, respectivamente) para hacérselo llegar a Vigilante, la cruel directora. La segunda, y no menos importante, ¡cuidado con los lagartos de manchas amarillas! Allí todos y cada uno tienen mote, de hecho Stanley será rápidamente conocido como Cavernícola. En seguida hace migas con Imán, Calamar, Sobaco, Rayos X… pero con el que mejor se lleva es con Zero, al que enseña a leer y escribir a cambio de que cave parte de su hoyo. Hasta que los pillan y empieza el meollo de la historia. Uno de los puntos fuertes del libro, es el uso de los flashbacks que nos van contando tanto el presente como el pasado del Campamento, explicando los posibles cabos sueltos, quedando los mismos finalmente bien atados. Siempre digo que yo he sido muy Barco de Vapor, imagino que porque me pilló de peque… este libro lo conocí porque me lo dejó mi primo de trece años, al que le encanta leer, después de decirme anonadado y mirándome con los ojos como platos: “¡¡No puedo creer que no hayas leído “Hoyos”!!”. Pues leído queda, señorito =P Para terminar, como viene a ser costumbre de una servidora, recomiendo la película basada en este libro, “La maldición de los hoyos”, del 2003. Enlace: http://locaporincordiar.blog.. |
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