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Estructurada en cuatro partes –«El nacimiento», «El exilio», «La gloria», «La caída»–, la novela tiene la particularidad de adoptar el formato de un relato encontrado y reescrito para el lector actual. Cuatro siglos y medio después de que Pampa Kampana depositara su poema narrativo en una cazuela de barro, Pampa Kampana, una niña que, habiendo perdido a su madre a los nueve años, tras decidir esta arrojarse a las llamas de una hoguera después de caer derrotado su reino en una batalla, vio cómo la diosa Parvati empezó a hablar por su boca y le encomendó una misión: «tú lucharás para asegurarte de que ninguna otra mujer muera de esta forma y de que los hombres empiecen a ver a la mujer con otros ojos, y vivirás lo suficiente para ser testigo de tu éxito y también de ti fracaso, para verlo todo y contar los hechos, aun cuando una vez que hayas terminado tu relato morirás al instante y nadie te recordará hasta cuatrocientos cincuenta años después». Ciudad Victoria es la crónica del ascenso y derrumbe de Bisnaga –urbe creada a partir de unas semillas mágicas otorgadas por Pampa Kampara a sus dos primeros monarcas y cuyos habitantes poseen recuerdos gracias a las palabras susurradas al oído por la misma matriarca– y del imperio irradiado a partir de su eje a lo largo doscientos cuarenta y siete años, de las enconadas luchas por el poder de sus linajes familiares, de las cruentas batallas con los sultanatos vecinos, de la red de conspiraciones, alianzas y traiciones entre las diversas facciones políticas y religiosas, de los vaivenes entre periodos de dicha y creatividad con otros de oscurantismo y caos, de pasiones trágicas y violencia desbocada... en definitiva, un vibrante fresco humano y narrativo que evoca la ambición y el esplendor de las grandes sagas épicas hindús. |
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