Sólo recordamos lo que nunca sucedió.
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Sólo recordamos lo que nunca sucedió.
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La juventud es una novia caprichosa. No sabemos entenderla ni valorarla hasta que se va con otro para no volver jamás |
Si algún día me pierdo, que me busquen en una estación de tren, pensé.
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Al verlo pensé que la historia había reservado los altares y las estampitas para san Jorge, pero al dragón le había tocado la ciudad de Barcelona en perpetuidad
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—El tiempo hace con el cuerpo lo que la estupidez hace con el alma —dijo, señalándose a sí mismo—. Lo pudre.
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Si la gente pensara una cuarta parte de lo que habla, este mundo sería el paraíso.
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—La verdad no se encuentra, hijo. Ella lo encuentra a uno.
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La naturaleza es como un niño que juega con nuestras vidas. Cuando se cansa de sus juguetes rotos, los abandona y los sustituye por otros —decía Kolvenik—. Es nuestra responsabilidad recoger las piezas y reconstruirlas.
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La envidia es un ciego que quiere arrancarte los ojos.
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Sois muy jóvenes y no habéis vivido una guerra. No se conoce a la gente hasta que se ha vivido una guerra…
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¿Quién es autor del libro?