El prisionero del cielo

Este es mi segundo favorito de la tetralogía puesto que se centra mucho en la historia de mi personaje favorito, que no puede ser otro que Fermín Romero de Torres. Es un tándem entre presente y pasado, teniendo este último mayor protagonismo. A través de las páginas de este tercer tomo, entendemos cosas que se nos hayan podido escapar de los dos anteriores que aunque en apariencia nimias, tienen su relativa importancia. Es el tomo que te encaja las piezas de los dos primeros que habían quedado sueltas y el que te encamina hacia el final de la tetralogía. Podríamos decir que es un puente pero muy bien construido. Estable y sólido sin el cuál, la tetralogía quedaría coja. No me gusta repetirme en las reseñas pero no quisiera terminarla sin volver a resaltar la pluma del autor que es una auténtica maravilla. Sentimientos a flor de piel, temor, dicha, obsesión y obstinación son algunos de las emociones que en él podemos encontrar. Si disfrutaste del primer y el segundo tomo, no dejes este por mucho más en la lista de pendientes. al ser de corta extensión es muy ligero de leer y os dejará con ganas del cuarto y último tomo de la tetralogía de El cementerio de los libros olvidados.