El laberinto de los espíritus

—Más sufre el que es incapaz de enamorarse…

… sin verdad no hay justicia, y sin justicia no hay paz.

Cuando uno es joven ve el mundo como debería ser y cuando uno es viejo lo ve como es en realidad.

A la hora de mentir lo que hay que tener en cuenta no es la plausibilidad del embuste, sino la codicia, vanidad y estupidez del destinatario. Uno nunca miente a la gente; se mienten a ellos mismos. Un buen mentiroso les da a los bobos lo que quieren oír.

Hay épocas en que es más honorable morir en el olvido que vivir en la gloria.

«El que no está dispuesto a luchar por su libertad no la merece»,

«Se bebe para recordar y se escribe para olvidar».

—No hay libros modestos sino ignorancias soberbias.

—Uno cree en lo que puede, no en lo que quiere.

El hombre sabio es aquel que no despierta volcanes, revoluciones o féminas preñadas.