Cuéntale al mundo nuestras historias y jamás olvides que existimos mientras alguien nos recuerda.
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Cuéntale al mundo nuestras historias y jamás olvides que existimos mientras alguien nos recuerda.
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Una historia no tiene ni principio ni fin, sólo puertas de entrada
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La mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino, simplemente somos atropellados por él.
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Los recuerdos que uno entierra en el silencio son los que nunca dejan de perseguirle.
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El espectáculo pletórico de la adolescencia es la más eficaz vacuna para la nostalgia.
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El tiempo siempre fluye con velocidad inversa a la necesidad de quien lo vive.
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El mundo es siempre el mismo. Y la verdad es que no espera a nadie y pasa de largo a la primera de cambio.
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Donde hay rebaños de borregos siempre aparecen lobos hambrientos.
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Las obras nunca se terminan. El truco está en saber dónde hay que dejarlas inacabadas.
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La lealtad es un hábito que no se cambia en un día.
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¿Quién es autor del libro?