A las puertas de Numancia

Lo primero que llamó mi atención a la hora de leer esta novela fue la época en la que transcurre la historia. Año 154 a.C, la Hispania celtíbera se ha rebelado contra Roma y concretamente se centra en las guerras de Numancia, cuyos habitantes pusieron en jaque al ejército romano durante años y soportaron un asedio de varios meses, y los cuales prefirieron morir y destruir la ciudad antes que rendirse ante Roma. Una época de lo más inusual en una novela romántica.

Su protagonista, Cassia Minor, hija del centurión Casio Aquila, por circunstancias ajenas a su voluntad, se embarca desde el puerto de Ostia, ciudad en la que reside, hasta Hispania. Allí es capturada por unos guerreros celtíberos que la conducirán hasta la ciudad de Numancia. Nada más llegar, los habitantes del lugar, movidos por el sumo sacerdote, acuerdan entregarla a un sacrificio, ya que como romana es enemiga de su pueblo. Sin embargo uno de sus captores, Leukón de Sekaisa, uno de los guerreros más significativos de la ciudad, decide casarse con ella para salvarla de la muerte. Cassia no tiene más remedio que aceptar y así se convierte en la mujer de un bárbaro al que ni siquiera conoce. Cassia tiene intención de escapar en cuanto tenga ocasión, sin embargo a medida que pasan los días, se siente cada vez más atraída por su esposo, y también por ese pueblo bárbaro en el que tiene que vivir, por lo que en un momento dado se encuentra dividida entre su verdadero pueblo, el romano, y en el que ha encontrado otra forma de vivir, el celtíbero, por lo que tendrá que tomar una decisión, regresar con los suyos o quedarse. Mientras, el ejército romano avanza hacia Numancia.
Una pareja un tanto dispar, la de Cassia y Leukón, una romana y un celtíbero, pero que están hechos el uno para el otro. Cassia, acostumbrada a vivir en un ambiente, en cierto modo acomodado, con su familia, tendrá que adaptarse a un entorno hostil, salvaje, y convertirse, de buenas a primeras, en la mujer de un bárbaro. Sin embargo, un bárbaro solamente de apariencia, porque bajo ese aspecto tan fiero que muestra Leukón, se esconde un corazón de lo más noble y tierno. El matrimonio entre los dos es forzado, pero Leukón, a pesar de que desea a Cassia nunca se impone, no la fuerza, sino que espera pacientemente a que ella pueda llegar a quererle, cosa que no tarda en suceder, ya que Cassia enseguida descubre cómo es realmente su marido, y el que en un principio parecía un salvaje llega a convertirse para ella en un hombre adorable. de la misma manera, queda cautivada por las costumbres de ese pueblo en el que se encuentra.

Junto a ellos hay que hacer referencia a otros personajes que también tienen su peso en la novela. Por un lado, Calias, un niño griego que Cassia encuentra en el barco que la transporta a Hispania, al que acogerá y no se separará de él, y Kara, una guerrera celtíbera que se convertirá en la mejor amiga de Cassia, que la apoyará en todo momento, y de la que al final de la novela conoceremos su historia personal.

La autora se ha esmerado a la hora de documentar y ambientar la novela. Nos muestra de un modo detallado la forma de vida de los pueblos celtíberos de esa época, sus costumbres, su manera de pelear y entrenarse para el combate, los dioses a los que adoraban, incluso describe minuciosamente cómo eran las casas en las que vivían.

Un momento muy difícil para los protagonistas, pero ellos vivirán su historia de amor de manera intensa. Y teniendo en cuenta la situación en que se encuentran, no se puede hablar de un final muy feliz, o tal vez sí, porque aunque no sea todo lo feliz que en otras novelas románticas, si es un final esperanzador, y no sigo contando nada más. Pero lo que sí puedo decir, es que es un final abierto; por una parte está pidiendo una continuación de la historia, pero quizá sea mejor dejarlo así, e imaginarnos, de la mejor forma posible, cómo continuaron su amor Cassia y Leukón.
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