Todos mis amigos

Y aquí está, la segunda (y última parte) de la bilogía Todas mis amigas (reseña aquí), unos libros que he disfrutado un montón. Porque, por si no lo sabéis me he vuelto fan de la autora y de sus historias adictivas. Así pues… ¡Empecemos!

Las cosas no están todo lo bien que deberían estar. al menos para algunos de ellos. Pe y Hugo están viviendo juntos, pero ella sabe que hay algo que no va bien y, además, alguien del pasado regresa para hacerles la vida imposible. Edith y Martín no pueden ni verse. Están constantemente a la defensiva, pero se buscan. Y, quizás, entre ellos, haya asuntos pendientes. Luna y Sergio viven en una nube y todo les va de lujo, pero los problemas de Luna parecen ir en aumento, lo que está afectando a su relación con Sergio. Y Noa y Enzo… No logran llegar a un punto en el que puedan llevarse bien. Siempre hay alguien que se les interpone.

Y hasta ahí voy a contar. Sé que no es mucho, pero es que pasan tantas cosas a lo largo del libro que lo mínimo que largue seguro que es un spoiler y acabamos todos con las manos en la cabeza.

He de decir que a lo largo de estos libros se habla de una serie de temas que, a mi parecer, son de lo más interesantes. Uno de ellos, por ejemplo, es el de la ansiedad. Muchas veces pensamos que tener esta enfermedad no es más que decirle a alguien que se relaje, pero aquí nos demuestran que no, que es un problema que va mucho más allá del «relajarse». Es por eso que justo el personaje que sobrelleva esto nos hace entender mejor su estado de ánimo y podemos entender los orígenes que tiene, al menos en esta persona. Además, el resto de sus amigas hacen un papel fundamental a la hora de desarrollar esto ya que no hacen los típicos comentarios, sino que la apoyan desde el principio intentando ayudar en todo lo posible.

Y no es el único tema truculento. El acoso y más concretamente el acoso sexual, algo que está a la orden del día, nos acompaña a lo largo de la novela tanto por parte de un personaje secundario como de uno principal. Los tocamientos sin consentimiento, los intentos de agresión, que no se entienda lo que es un «no», son algunos de los subtemas relacionados con el principal que salen a lo largo del libro. Es algo bastante complicado de explicar tanto en persona como leyéndolo en un libro, y a pesar de ser una de las tramas, queda bastante claro lo que está mal.

Los chantajes, el alcoholismo, etc. son otros de los temas que recorren la historia y la enriquecen. Eso sí, un recurso muy utilizado por la autora son los personajes con trastornos mentales y, como es ya tradición (¿se puede considerar así después de todos los libros que lleva publicados?) hay un personaje que padece una enfermedad mental. Tal y como trata este tema te hace plantear muchas cosas porque hace que se vuelva un tema curioso e interesante. Además de darle emoción a la trama, claro está.

Y no olvidemos un tema fundamental en sus historias: la amistad. En este caso los títulos lo dejan muy claro, pero ver cómo estas amigas (y amigos) se protegen, se ayudan, se apoyan y se quieren es maravilloso. Ha creado un grupo de amigas que, pase lo que pase, están ahí para todo. Una oda a la amistad en toda regla.

Hablaría de cada personaje también, pero puede que esta reseña durase hasta el infinito y tampoco es cuestión de aburrir a nadie. Lo que sí decir que las personalidades de cada uno son muy marcadas y eso también ayuda a la hora de entender a cada uno. Eso sí, ¡son ocho personajes principales! Quizás por eso me ha costado más centrarme en la historia que con otras de la autora ya que saltaba de uno a otro.

Así que, en general, es una historia que he disfrutado bastante. Como digo, me ha costado más leerla que otras de sus novelas porque había muchos personajes, muchas situaciones y todo entrelazándose entre sí. Pero eso no quiere decir que no estuviera enganchada, todo lo contrario, necesitaba saber más y más y más. Todo por el vicio de querer saber qué pasaba.

Las historias que crea Susana Rubio, con personajes reales, situaciones extravagantes, momentos muy reales, amor, amistad, etc. consiguen engancharte casi como si fueran una droga. Siempre quieres más y más y más. Y, de repente, ves que te quedan 100 páginas y que se tiene que resolver todo el embrollo que ha creado. Con el corazón a mil, esos capítulos cortos y emocionantes, llegas al final pensando: «¿Ya? ¿No hay más?».

Así que si queréis algo fresquito para leer, de lectura ágil y con lo que te muerdas las uñas puedes leerte estos libros. Y si quieres probar más cosas de Susana, puedes leerte la trilogía Alexia (te dejo aquí el enlace a la reseña de Los secretos de Alexia, que es la primera parte) o Tengo un WhatsApp (la reseña aquí), que son otros libros suyos con los que te quedarás con muñones en vez de manos.
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