¿Próximo destino? El amor

Tras leer Puerta con puerta no podía dejar pasar la historia de Hugo y Lucia, dos de los personajes secundarios con más peso en la primera novela. Dos personajes con dos formas de pensar muy distintas y cuyo concepto uno del otro está muy lejos de romanticismos.

Como bien dice la escritora en la sinopsis, Hugo es apodado por su familia como Hugo Casanova ya que donde pone el ojo pone la bala y desde luego no repite. Es un ligón nato, se lleva de calle a toda fémina que se cruza en su camino, pero no cree en el compromiso, tiene una alergia al compromiso que hace que tras un par de encuentros con la misma chica cambie de pareja. Esto, y ciertas situaciones que ocurren en el primer libro, llevan a Lucía a apodarle como el Follador de la pradera.

Lucia es la primera mujer que se le resiste, y es que cada vez que están cerca las chispas entre ellos saltan, pero no precisamente por motivos románticos, ya que Hugo representa para Lucia todo lo que ella no quiere en un hombre. Vale que él se escuda en que su proyecto de vida en los próximos años no le permite ni le permitirá mantener una relación estable, sin embargo desde fuera parece que no quiera sentar la cabeza.

El sueño de Hugo es realizar un curso de manga y anime en la prestigiosa escuela Nihon Kogakuin en Tokio. Lo lleva planeando y organizando desde hace un tiempo, y por fin lo va a hacerlo realidad. Se marcha a Japón para estudiar allí durante los próximos dos años, por lo que familiares y amigos deciden hacerle una fiesta de despedida. Fiesta en la que Hugo y Lucía mantienen una interesante charla que hace que se replantee su vida y decida que también ha llegado el momento de realizar su gran sueño. Lucia, desde su cómoda vida en la farmacia de su madre, anhela viajar, y después de esa fiesta de despedida y apoyada por su entorno, decide tomarse un año sabático para recorrer el mundo y describir sus vivencias en su blog.

Tras dos años sin verse al fin parece que han conseguido hacer realidad sus sueños y sus proyectos. Y es ahí donde vuelven a reencontrarse, y no una, sino en varias ocasiones creando situaciones de lo mas hilarantes, situaciones en las que esta vez las chispas y la tensión entre ambos hacen que Lucia sucumba a los encantos de Hugo. Pero Lucia tiene muy claro quién es Hugo, y que para nada es lo que ella quiere en su vida, por eso desde el primer momento impone sus propias normas y reglas, lo que hace que Hugo se encuentre muchas veces “desubicado”.

Reconocemos a un Hugo que lo que quiere es disfrutar de la vida y comerse el mundo. Además descubriremos a una nueva Lucía aventurera, lanzada y que a pesar de sus inseguridades se enfrenta a lo que supone viajar ella sola por el mundo.

En cuanto a los personajes secundarios destacar al mejor amigo de Hugo en Japón, Toshi, y a la prima de Hugo, Pilar, de los que espero que Adriana nos deleite con una nueva historia sobre ellos.

Adriana nuevamente lo vuelve a hacer, da igual el género en el que se mueva, cada vez que leo algo de ella, bajo mi humilde opinión, se supera y con esta novela he disfrutado, he reído un montón, pero sobre todo he viajado, porque la novela está muy bien documentada en cuanto a escenarios y costumbres de cada uno de los sitios por donde van pasando los personajes. La pluma de Adriana hace que los personajes te enganchen desde el primer momento, sobre todo por los diálogos que va creando entre ellos que hace que la historia sea ágil y fácil de leer, que te enganchen casi desde el principio y estés deseando seguir leyendo.
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