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Estos primeros meses del año me ha dado fuerte con la ciencia ficción y, cuando desde la web de reseñas Sancho me ofrecieron este ejemplar, no dudé en darle una oportunidad. Me encanta todo lo relacionado con el espacio, por lo que la premisa de esta obra me resultó sumamente interesante. Además está ambientado en Rusia y no suelo leer muchos libros ambientados allí, así que era un plus para animarme a leerlo. La premisa de esta novela es básicamente que en el cosmódromo de Volstochni, empiezan a llegar tres cosmonautas que han sido lanzados para llevar a cabo distintas misiones y ellos no entienden qué hacen en el cosmódromo de nuevo, cuando tendrían que estar inmersos en sus misiones espaciales. Toda la novela gira en torno a ese misterio que rodea al cosmódromo, al por qué están allí los cosmonautas lanzados al espacio, y qué está ocurriendo en esa zona de Siberia. La historia está dividida en tres partes siendo la primera de ellas, desde mi punto de mi vista, la más interesante. En esta parte conocemos a los cosmonautas que van llegando al cosmódromo y sus sensaciones al no comprender qué hacen allí. Es una parte cuya ambientación está repleta de angustia y asfixia. El lector no entiende nada, al igual que los protagonistas, por lo que acaba sintiendo las mismas sensaciones que van atrapando a los recién llegados. La primera parte tiene un ritmo vertiginoso de lectura, engancha mucho y el lector desea seguir descubriendo más y más de la trama para ver si es capaz de encajar todas las piezas y formar el rompecabezas que se le ha formado en la mente. La segunda parte, es totalmente opuesta, es la parte más larga de la trama y siento que ha metido bastantes cosas de relleno para alargar un poco la historia. La narración intenta tener un ritmo ágil pero, en mi caso, al haber partes que no me interesaban apenas, el ritmo de la trama se ralentizó. En esta parte conocemos a Sergey Leonov, un cazador que sobrevive a la taiga siberiana y a la pobreza a base de vender objetos sustraídos ilegalmente de las bases militares y del Cosmódromo en el mercado negro. Conocemos su historia y vamos descubriendo qué ha ocurrido con el Cosmódromo y nos van dando pinceladas que hacen que el lector siga sin comprender qué está ocurriendo, aumentando así su intriga. Esta parte me aburrió en determinados momentos, pero tengo que reconocer que la ambientación vuelve a jugar un papel clave en toda la trama y, aunque considero que el autor se explayó demasiado en algunos acontecimientos, la historia resulta muy interesante y el lector sigue con ganas de descubrir qué está ocurriendo. En la segunda parte hubo cosas también que al principio no me convencieron mucho, cómo la aparición de una tribu indígena. Sentí que estaba metida con calzador y muy forzada, pero tengo que reconocer que esas partes acabaron ganándome por completo. Para finalizar tenemos la parte tres, tiene lo mejor de las partes anteriores y el ritmo frenético vuelve en su máxima potencia. En esta parte tenemos más acción y aventuras, volvemos a sentir esa angustia y seguimos sin comprender de forma clara qué ocurre. Cuando toda la trama se desvela, es imposible que el lector no se quede con la boca abierta. El autor deja todo cerrado de una manera brillante, y el monólogo final y esa forma de cerrar la novela me ha parecido magnífica. Que no os asuste el hecho de que sea ciencia ficción, es una ciencia ficción muy asequible para todo el mundo, muy sencilla de entender y la novela es más de aventuras con tintes de ciencia ficción que ciencia ficción pura. Me ha encantado tener durante toda la lectura la sensación de no comprender nada, de no entender nada, y es que considero que, en parte, esa es la gracia de esta historia. El lector debe descubrir qué está ocurriendo a la vez que los protagonistas de la trama. Eso hace de la lectura una experiencia muy gratificante que, a pesar de que hay partes que me han aburrido y se me han hecho un tanto pesadas, descubrir esta obra y adentrarme en la taiga siberiana ha merecido mucho la pena. Enlace: https://lecturasdeseshat.blo.. |
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