Harry Potter y la piedra filosofal

Cuando era un bebé, Harry Potter se quedó huérfano y unos seres de lo más peculiar se encargaron de llevarlo junto a sus tíos, los Dursley, para que estos lo criaran. Desconoce el motivo de tanto odio, desprecio y de por qué lo mantienen escondido en una habitación creada en la alacena que se esconde bajo las escaleras de la casa. Pasará largas noches durmiendo en ese cuartito oscuro y estrecho hasta que llega su 11 cumpleaños, día en el que  recibe una infinidad de cartas, reclamando su presencia para iniciar el primer curso en Hogwarts, la Escuela de Magia y Hechicería más importante del mundo. Pese a todos los esfuerzos de tío Vernon por hacerlas desaparecer e incluso, escapar con el joven a paradero desconocido, el gigante Hagrid aparecerá en su rescate y le contará la verdad sobre su vida: sus padres fueron grandes hacedores de magia y él, el único vencedor de El-que-no-debe-ser-nombrado (un acontecimiento que lo convirtió desde ese momento en uno de los magos más reconocidos del mundo y al que todos respetan y esperan). Descubriremos que el mundo se encuentra dividido entre muggles (mortales sin más) y magos y brujas, cuyos poderes sólo pueden ser utilizados donde lo marque la ley. En este primer tomo de la saga, nos adentraremos en un mundo de maravillas a través de un pasadizo secreto de Londres: el Callejón de Diagon, donde nos asombraremos con el banco de Gringotts y las diferentes monedas que se utilizan, tiendas como el Caldero Chorreante, entre otras, donde Harry se hará con todos los materiales que necesitará para su nueva vida escolar (libros, varitas, capas...). Con Hedwig de su lado, tomará el expresso a Hogwart en el oculto andén 9 y 3/4, ayudado por la adorable familia Weasley, y conocerá a sus futuros inseparables amigos, Ron y Hermione, sus magistrales profesores, y se sorprenderá con el enorme castillo y toda la fantasía que lo envuelve, así como con sus primeros enemigos por su gran victoria. La ceremonia de bienvenida, las cuatro casas (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin), el Sombrerero Seleccionador, los enormes y deliciosos banquetes, la Sala Común, las hazañas con experimentos en las clases de las diferentes asignaturas, sus aventuras y travesuras entre los pasillos, corredores y lugares ocultos del castillo, los partidos de Quidditch en busca de la valiosa snitch de oro, el bosque mágico... Así, hasta dar con el enigma principal que se esconde en esta parte introductoria a la historia de Harry Potter. 

La pluma de J. K. Rowling es asombrosa y vivaz, la intriga y la sorpresa están activas en todo momento, donde sobresale el triunfo de la verdad, la justicia, el honor y la fuerza del cariño. La acción está asegurada a cada instante, lo que hace mantener el ritmo de la novela. Contada en tercera persona por un narrador omnipresente, intercalada con entretenidos diálogos de los diferentes protagonistas. El worldbuilding es fascinante e induce a la ensoñación. Y la caracterización de los personajes es inigualable, con sus identificables tips de cada uno. Una composición rica y divertida. Me ha encantado el personaje de Harry, como un pequeño inocente y adorable, es tan valiente, la seguridad y confianza que posee. Los grandes consejos de Dumbledore, un director muy chiflado pero muy sabio, que te hace reir a carcajadas y dejarte sin palabras, con ganas de apapachar. Durante toda la lectura mis papilas gustativas han tenido ganas de comer chocolate más que nunca, no paraba de salivar.