Harry Potter y el prisionero de Azkaban

Cada libro de esta saga me está resultando mejor que el anterior, aunque no sé si libros futuros puedan gustarme más que este.

En este curso, Harry Potter vuelve a Hogwarts bajo la amenaza de que un fugitivo de Azkaban, el mísmísimo Sirius Black, anda detrás de su pista. Sirius era uno de los mejores amigos de James Potter, padre de Harry, de quien se dice que le traicionó vendiéndolos, a él y a su familia, al Lord Tenebroso.

Estando Sirius en busca y captura y sabiendo que tiene como objetivo a Harry, el colegio este año se llena de Dementores, unos seres terroríficos que custodian a los prisioneros en Azkaban. Éstos se llevan la felicidad de todo el que se encuentre cerca, por lo que este curso se vuelve el más triste de todos.

Mientras tratan de localizar a Sirius, los estudiantes vuelven a las aulas, cursan asignaturas nuevas, como la de la profesora Sibyll Trelawney, una pitonisa que no hace más que predecir la muerte de todo el mundo, o se encuentran con profesores nuevos, como Remus Lupin, el mejor profesor que tendrá nunca "Defensa Contra Las Artes Oscuras".

Además, conoceremos Hogsmeade, el pueblo de brujos y brujas cercano a Hogwarts. Y disfrutaremos de partidos de Quidditch realmente emocionantes.

Tras todo lo difícil que parece que Harry Potter salga con vida este año, lo cierto es que lo consigue, si no ¿cómo iban a quedar otros 4 libros?

La aventura es sublime, el final es sublime, los personajes son sublimes. Salvo Snape, a ese lo odio más con cada libro.