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ISBN : 8418173165
752 páginas
Editorial: Salamandra (13/05/2021)

Calificación promedio : 3.5/5 (sobre 4 calificaciones)
Resumen:
La novela más épica de Robert Galbraith hasta el momento.Blanco letal nos ofrece un misterio cautivador y un nuevo episodio muy emocionante en la historia de Cormoran Strike y Robin Ellacott.

«Vi cómo mataban a una cría... Cómo la estrangulaban.»

Cuando Billy, un joven con problemas, acude al consultorio privado de Cormoran Strike para pedirle ayuda y que investigue un crimen que cree haber presenciado cuando era niño, Strike se queda p... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (2) Añadir una crítica
Celia_0504
 19 October 2021

Sinceramente creo que de los cuatro libros de la serie de “Cormoran Strike” este es, con diferencia, el más flojo de todos. Esperaba poder disfrutarlo tanto como los tres volúmenes anteriores, que me enganchase igual que ellos. Pero aunque lo de engancharme si que lo ha hecho, no has sido en la misma medida que con los anteriores. En esas lecturas para mi era imposible soltar ninguno de los libros. Aquí ha habido momentos en los que me aburrido o me ha parecido que lo que se narraba ante mis ojos no tenía sentido o era excesivo (más abajo contaré el porqué). El gran problema general que le veo a esta saga es que no se ha podido superar lo que se hizo en el primer libro. A mi modo de ver, le pese a quien le pese, “El Canto del Cuco” es una de las mejores novelas de crímenes y misterios que se ha publicado en los últimos años. Ahí todo estaba increíblemente bien medido y llevado con muy buen pulso, no había lugar para que ningún elemento de la trama o el misterio se quedará corto o para dar pie a los excesos. Las dos obras posteriores, sin ser malas, no pudieron llegar a su altura, lo que no quita para que fueran lecturas muy interesantes y adictivas.

En esta cuarta novela, el duo formado por el detective Cormoran Strike y su socia y ayudante recién casada, Robin Ellacot, deben enfrentarse a dos crímenes separados en el tiempo y aparentemente sin relación, al menos al principio: por un lado el intento de chantaje hacia el ministro de cultura del momento, y por otro, la denuncia en la oficina de Strike de un joven con problemas mentales, Billy, que asegura que cuando era joven presenció como era asesinada una niña.

El libro tiene cosas muy buenas: el misterio está muy bien hilvanado, sin que queden hilos sueltos o nada que parezca que este ahí al azar, todo tiene sentido; los diálogos son muy ágiles y hay giros de guión llenos de efecto; hay una acida y certera critica hacia varios sectores de la sociedad inglesa que contribuye a darle a la obra una dimensión más solida y realista y que se extiende al resto de la sociedad occidental; el grupo de sospechosos siempre presentes en este tipo de novelas está nítidamente trazado, cada uno de estos personajes tiene sus motivos para haber cometido alguno de los delitos entorno a los cuales gira la obra, con un pasado y razones creíbles para hacerlo.

Pero en “Blanco Letal” ha habido, en mi opinión, un problema gigantesco que ha entorpecido al libro totalmente. Si hay algo que caracteriza a Galbraith (Rowlling) como hacedora de historias es su capacidad de unir todos los elementos de la trama por más dispares que puedan resultar a primera vista, de crear una telaraña muy bien construida y creíble. En este aspecto no tengo ninguna queja, en la presente novela todo tiene sentido, incluso cosas que a simple vista hubieran parecido que no eran importantes o destacables (a veces mientras leía no podía evitar pensar en las obras de Agatha Christie, en la que aparecen tramas y personajes secundarios, que muchas veces o sirven como pantalla para intentar despistar al lector de lo que realmente es importante para el descubrimiento del asesino, o que luego tiene un papel más destacable de lo que podríamos pensar. Aunque también os digo que yo todos los novelas de misterio y crímenes que leo en esta vida no puedo evitar compararlas con las que realizó la reina del crimen).

Pero en esta ocasión creo que Galbraith ha sido demasiado excesivo en ciertos momentos y aspectos. Hay capítulos y capítulos, y páginas y páginas,en los cuales no pasa absolutamente nada. Todo se reduce a volver una y otra vez a lo mismo que hemos leído anteriormente o se dan demasiadas descripciones y explicaciones que no interesan realmente al lector, en el sentido de que no aportan nada para el desenlace o para la trama. Galbraith peca de embrollarlo todo en demasía, hay momentos en que sentí que lo que tenía delante no tenía mucho sentido por eso.

Hay otra cosa que también me ha chirriado bastante: hay situaciones que me han parecido que eran demasiados forzadas, con el único fin de darle más emoción y misterio a los acontecimientos narrados, con el fin de alargar el suspense. Lo siento, pero que los clientes de Strike se guarden ciertas cosas y no las compartan, y que los detectives (aunque les fastidie) lo respeten durante la mayor parte de la novela, me parece algo muy inverosímil de creer.

Y luego está la relación entre el detective Cormoran Strike y su socia y ayudante Robin. Todos sabemos que esta relación es uno de los platos fuertes de la serie. Y tengo que decir que me gusta y me disgusta a partes iguales. Me explico: por un lado reconozco que la química entre ellos dos es tremenda, esto es lo que le da el toque humano y salseante a las historias que protagonizan, tiene un puntito interesante con eso de que entre ellos hay algo más a parte de buena amistad y una gran compenetración laboral y personal. Hay momentos a lo largo de la lectura (muchos) que es todo tan palpable que no puedo dejar de desear que caigan de una vez y acaben ya con esto, porque están sufriendo ellos y hacen sufrir al lector (risa histriónica). Pero por otro lado, creo que hacer que esta relación caiga en lo tópicamente romántico o sexual le quitaría toda la gracia al asunto, para mí es en esa atracción palpable y confesada a medias donde se cimienta toda la gracia y lo que la hace única e interesante, y creo que así la perderían.

Por otra parte, todo lo relacionado con el matrimonio de Robin me ha puesto de muy malhumor. Porqué no entiendo como la tía puede estar empeñada en seguir con el marido cuándo es obvio que la relación hace aguas por todas partes. Y me parece que el que se quede con Mathew simplemente porque la boda les costó un ojo de la caga a sus padres y porque él le da pena, a mí se me queda en poquita cosa, la verdad, no le acabo de ver el sentido y me parece absurdo.

Después de leer toda esta parrafada puede parecer que “Blanco Letal” no me ha gustado mucho. Yo no diría eso. Como dije más arriba me parece el más flojo de la saga, pero eso no quita para que sea una novela ágil y amena de leer, que me he entretenido mucho y que sí, ha logrado engancharme la mayor parte del tiempo. Otra cuestión es que lo haya hecho en el mismo grado que sus predecesores. Pero sigo insistiendo en que, le duela a quien le duela, que Galbraith (Rowlling) con sus luces y sombras es una buena escritora en lo suyo. Sus libros no serán obras de arte, pero enganchan y entretiene mucho al lector. No obstante, debo reconocer que me ha decepcionado un poco en el sentido de que no me haya entusiasmado tanto como los tomos previos. de ahí que haya habido momentos en que me haya cuestionado el leer la siguiente obra, “Sangre Turbia”. Pero entre nosotros ha sido por meterle dramatismo gratuito al asunto. En el fondo sé perfectamente que voy a leerla en cuanto pueda. Porque esta saga, con sus más y sus menos, me gusta mucho y me entretiene bastante, y aunque solo sea por ver con mis propios ojos en qué consistía la polémica que ha acompañado a este último libro.
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alf
 14 August 2021
El libro está en la línea de los anteriores que conforman la serie, dos tramas paralelas que conviven a lo largo de toda la novela, por un lado la trama policiaca en si, como siempre bien trabajada, con la adecuada intriga y un emocionante final, y por otro lado la siempre complicada relación personal entre los protagonistas de la serie, el detective y su ayudante, con relaciones personales no resueltas como tampoco la relación entre ellos.

En cuanto a la novela poco que decir, es divertida, se lee con interés a pesar de sus 750 páginas, claro que la autora tiene mucho oficio, eso si, debería hacer que espabile Robin o cualquier día vamos a tener un disgusto.
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