La mansión de Summerbourne esconde secretos, muchos, todo relacionado con la historia de los mellizos que han nacido a lo largo de la historia de la familia y la casa. Muertes extrañas y bebés robados es la premisa principal. Seraphine forma parte del dúo de mellizos, y a raíz de la muerte de su padre descubre una foto que le hace plantearse si de verdad ella es quien cree que es, si su familia es de sangre, o si hace caso a los rumores y cotilleos que siempre ha habido en torno a su familia. Una novela bastante adictiva, con dos narradoras en primera persona, Seraphine en presente y Laura, en pasado. Laura era la au pair que cuidaba de Edwin y acompañaba a la familia. Ambos se complementan a la perfección y van hilando toda la trama hasta llegar al final. Los capítulos son cómo piezas de puzzle que van encajando o perdiéndose por la historia, haciendo que te plantees dudas e hipótesis. La mayoría las he acertado la verdad, algunas se ven venir un poquito. Los personajes son la familia Summerbourne: abuela, hermanos, tío, vecinos, así que el salseo familiar está asegurado. Son bastante típicos de los thrillers de este tipo, la verdad. Una lectura agradable, que sin grandes saltos ni giros consigue mantenerte pegada a sus páginas, la narración de la autora consigue esto, y la ambientación está muy consiguida, yo me he imaginado tomando un té en el jardín trasero de Summerbourne. |