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Este es el primer libro de la trilogía, aún inconclusa, Crónica del asesino de reyes. Kvothe es arcanista, músico, estudiante, asesino y aventurero, pero se hace pasar como un posadero común, en Roca de Guía, donde solo su discípulo Bast sabe su verdadera identidad. No obstante, un día llega a la posada Cronista, un personaje que se ha enterado de las hazañas de Kvothe y que ha acudido al lugar para que este le cuente su historia y él la pueda dar a conocer al mundo. Kvothe accede pero bajo la condición de hacerlo en tres días, siendo este libro la historia que le narró el primero de ellos. Primero asistimos a la infancia de Kvothe y a su primer acercamiento con la simpatía, como se le conoce a la magia en este mundo. Hijo de unos padres artistas, empieza a ser educado por Abenthy, un arcanista que empieza a viajar con ellos y que conoce el nombre del viento. Más tarde ocurre una tragedia y Kvothe se ve enfrentado a la indigencia, para luego retarse a sí mismo y lograr entrar a la Universidad, guiado por la sed de conocimiento y de venganza hacia todo lo relacionado con los Chandrian, a quienes reconoce como los causantes de su desgracia. Estando allí consigue amigos, se fabrica una reputación, hace enemigos y empieza a convertirse en una especie de héroe. El libro tiene 877 páginas distribuidas en 92 capítulos y el epílogo. Los capítulos en los cuales localizamos a Kvothe contando su vida, están narrados en tiempo pasado, en tercera persona; mientras que aquellos que corresponden a la historia como tal, se nos presentan en un pasado más lejano y en primera persona. Este es un libro magistral, escrito con un lenguaje sencillo pero con unas descripciones y unas reflexiones exquisitas. Los diálogos son amenos, los personajes están muy bien trazados y el ritmo es supremamente ágil. |
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