No la esclavizaron los clichés, sino que vosotros la habéis esclavizado con el más arrogante de los clichés triviales, y esa chica ofendida, con el odio a la injusticia propio del tartamudo, no tenía ninguna protección. Le hicisteis creer que formaba parte de los oprimidos y la convertisteis en vuestro pelele, vuestra paniaguada.
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